EL CASTIGO DE CLAUDIA II
Fecha: 17/05/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos
... masturbar su polla con fuerza.
—¡Mmm, así, Claudia! ¡No sabes cuánto llevo deseando esto hoy! —gruñó Manuel, entre gemidos de placer.
Claudia sonrió maliciosamente mientras seguía estimulando a Manuel, aumentando el ritmo con cada movimiento de su mano.
—¿Te gusta que sea yo quien te haga correr? ¿Te excita el coñito de una jovencita como yo? —susurró Claudia, disfrutando de su poder sobre él.
Manuel apenas pudo responder, perdido en el éxtasis del momento.
—Sí... Sí, cariño, me encanta... Eres una putita caliente... Ahhh...
Claudia acercó su rostro a la polla de Manuel, dejando que su aroma la inundara.
—Voy a tragarme cada centímetro de tu polla.
Sin dudarlo, envolvió su boca alrededor de su miembro y comenzó a darle una mamada con un ritmo creciente.
—¡Mmm... Claudia, sí! ¡Así... sigue chupando! —jadeó Manuel, extasiado por las habilidades orales de Claudia.
Claudia aumentó el ritmo de la mamada, provocando gemidos de placer en Manuel.
—¡Oh... Claudia... sigue... sigue así! —gimió Manuel, incapaz de contener el placer.
Claudia quería demostrarle a Manuel todo lo que había aprendido gracias a él. Sin vacilar, intentó llevar su miembro hasta lo más profundo de su garganta. Manuel se retorcía en la silla, tratando de prolongar el intenso placer que Claudia le brindaba.
Claudia no podía resistirse a la tentación de meterse el miembro de Manuel cada vez más profundamente en su boca, provocando arcadas intensas que incluso le hacían saltar ...
... las lágrimas.
—¡¡Joder, Claudia! —exclamó Manuel, incapaz de contener el placer que recorría su cuerpo.
Claudia, con los ojos vidriosos y la saliva escurriendo por su barbilla, no dejaba de complacer a Manuel, buscando satisfacer su propio deseo y el de él.
Manuel se dio cuenta de que estaba a punto de alcanzar el clímax. Intentó advertir a Claudia para que se apartara, pero ella apartó su mano y continuó llevando su polla hasta su garganta, sin detenerse.
Claudia, con una mirada de putita inocente, miró a Manuel mientras tragaba su semen. Manuel no podía hacer nada más que jadear de placer mientras la observaba sorprendido. En estas semanas, casi había cubierto todo el cuerpo de Claudia con su semen, pero nunca se lo había tragado hasta ahora.
El miembro de Manuel no salió de su boca hasta que perdió su dureza. Claudia se levantó, sonriendo lascivamente a Manuel.
—No podía dejar que manches mi ropa, jijiji —dijo con una risa pícara.
Se inclinó y besó a Manuel, quien aún estaba asimilando la increíble mamada que había recibido.
—Además, sería una lástima desperdiciar tu semen caliente.
Luego, con una sonrisa provocativa en su rostro, Claudia salió de la oficina y tomó la bolsa de cebollas, abandonando la frutería no sin antes poner el cartel de cerrado en la puerta.
Manuel, con los pantalones aún bajados, se sentía orgulloso de cómo la depravación de Claudia iba en aumento. En su mente, sabía que tenía que poseerla por completo en algún momento, ...