1. Diego y Elías: historias del dotado bombero y el mejor petero, rumbo a la mayor perversión de sus vidas (capitulo 3).


    Fecha: 29/05/2024, Categorías: Bisexuales Dominación / BDSM, Gays Autor: Oro93, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Diego disociara la realidad por unos momentos, recordando aquel sexo no consentido, de los que más disfrutó en la vida, al que sometió años atrás (quizá presionado por el desafío de machos con sus cuates del taller) a una vecinita suya de tan solo 12 años de edad, en esa misma posición, recordando el llanto de la niña, sus ojos bien abiertos y aterrorizados por las dimensiones de su poronga, luego sus desesperados pedidos para que pare, con intensos alaridos de dolor; así, «Sí, bebé, gritá, gemí, gritá lo que quieras porque para esto naciste, para ser una putita desde hoy» fue lo más suave que le dijo el bombero, en aquel acto pecaminoso e ilegal, en la que hizo trizas el himen y destrozó la vagina de una princesita de 12 añitos e hizo rebosar de abundante leche sus paredes vaginales; la víctima, quien poco y nada pudo hacer para evitar que sus lágrimas se derramen en sus mejillas y el semen en su recién estrenada conchita, tuvo que resignarse a guardar el secreto, tras las duras amenazas del semental, quien, no contento esa vez en robarle por delante la virginidad, la sometió dos veces más, sin ninguna culpa y cada acto con mayor fuerza y duración, hasta recordó, en ese breve pero eterno instante, el momento en que satisfecho se colocó y prendió el botón de su jeans, mirando orgulloso su leche brotar de la conchita de la nena violada, que llorando en la cama fue hecha mujer contra su voluntad. Regresando al contexto inmediato…sin parar con las penetraciones, una vez más ...
    ... procedió a llenar la cavidad vaginal de su empleada y ya putita preferida, quien bien cogida disfrutó, más allá de ciertos placenteros dolores, hasta tres descargas en su interior, durante toda la candente noche.
    
    Y regresando a la escena que tiene a Elías como protagonista… seguía disfrutando de los embates que su punto G, instalado en su garganta, recibía por parte no de una, sino de dos largas y gruesas pijas, que se turnaban con la única misión de descargar toda su furia en el conducto laríngeo del pasi-petero, que se fue desarrollando en momentos como cuando los dos, sentados en la cabecera del gran sofá, guiaban la intensa felación con sus brazos y manos empujando la cabeza del putito: uno agarrando su cabello y el otro la nuca, golpeando la cara con la pija, pasándola por los labios, cutis y penetrandolo intensamente, poniéndolo boca arriba acostado en el sofá, con Elías disfrutando chupar las pijas y los huevos. Por más de media hora, en resumidas cuentas estos cuates hicieron lo que quisieron con su boca, laringe, garganta, labios, mejillas y nariz hasta que, presos de la excitación y el delirio; casi al mismo tiempo, ambos socios le dispararon espesa y abundante leche al más petero de los peteros: el mayor descargó 7 trallazos en el fondo de su garganta y el menor un tiro menos, pero suficientes para bañar toda la carita de putita, hasta quedarse ambos bien secos, con el receptor bebiendo leche y sus facciones empavonadas de chele. Luego del primer tiro, los recién ...