Una buena cogida con Don Martín
Fecha: 18/06/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Luciana, Fuente: TodoRelatos
Hola, me presento, me nombre es Luciana soy una chica de 1.67, piel blanca, tengo 25 años, peso 56 kg, me gusta mucho ir al gym para mantener un cuerpo bonito y tonificado, mi figura es bastante proporcional, tengo un trasero grande y tonificado al igual que mis pechos que están bien firmes, grandes y redondos, también tengo una cintura pequeña y caderas que hacen una figura de reloj de arena. Mi rostro es bastante tierno muchos dicen que no aparento la edad que tengo y eso me ayuda muchas veces a conseguir cosas que quiero.
Hoy les contaré una experiencia real que tuve cuando tenía 19 años.
Había iniciado la segunda mitad del primer año de universidad y me había hecho muy amiga de Julia, tanto que me había confiado un duplicado de las llaves del departamento que rentaba ya que ella era de un pueblo como a 5 horas de dónde quedaba la universidad. Ella normalmente los fines de cada mes volvía a su pueblo a visitar a sus padres y familiares. Un día antes de irse me pidió casi suplicando que por favor me quedara en su departamento el sábado porque se le había descompuesto la nevera y alguien iba a pasar a repararla pero ella no iba a estar para recibir a la persona. Acepte bastante rápido ya que no tenía planes para el sábado en la tarde y porque Julia era mi mejor amiga.
Llegó el sábado, así que me arregle y me dirigí a su departamento, la verdad iba super desaliñada con una sudadera enorme y un buzo igual de grande, nada sexi. Llegue al lugar y espere como dos horas ...
... hasta que alguien toco la puerta, era un señor de unos 68 años, lleno de canas, regordete tenía un parecido a Papá Noel el viejo barrigón de navidad, tenía unas manos grandes y toscas como quien diría manos de hombre y un rostro bastante tierno como de abuelo cariñoso. Mi gusto por los madurito nunca fue un secreto para mí así que cuando lo vi se me hizo completamente mi tipo.
- Buenas tardes señorita, Martin Valdez para servirle - se presentó con una sonrisa tierna - ¿Aquí es donde se tiene que reparar una nevera?
- Hola buenas, si - le dije que con sonrisa pícara pero a como iba vestida y mi cara de niña, la sonrisa posiblemente fue más "tierna"
Me hice a un lado para que pudiera ingresar con un pequeño maletín donde traía sus herramientas, lo lleve hasta la cocina y le mostré donde estaba la nevera. Empezó a trabajar bastante rápido sacando sus herramientas, así que mientras le saque plática tratando de ser sexi. Me contó que era un hombre casado con una mujer de 64 años a la cual amaba mucho y justo el día anterior habían cumplido un año más de casados, tenía 3 hijos ya mayores y con familia, tenía un taller mecánico y de vez en cuando reparaba electrodomésticos para tener un ingreso extra para poder consentir a sus nietos, por lo poco que me contó eran su adoración.
Mientras me platicaba sobre su vida yo trataba parecer sexi, mandándole guiños y demás, pero nada me resultaba; pensé un poco y caí en cuenta de como iba vestida, así que si quería que eso llegue a ...