1. Como me declaro a mi amada Carlota


    Fecha: 20/06/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sensualmente sus caderas, sus muslos y sus piernas al ritmo de la música. Yo, abrazada a ella, voy correspondiendo a su lento, discreto y sensual movimiento para ir a su ritmo. Mi cabeza tocando discretamente sus grandes y preciosas ubres... Uffff... No se nos da bien bailar, pero al menos lo intentamos. Y ni tan mal. Mientras tanto, sus caricias en mi cabello, mi espalda y mi cintura y sus besos en mi frente y en mis mejillas siguen, a los que yo también le correspondo besándole también las mejillas y acariciándole el cabello, su larga y sensual cabellera. Tiene que agacharse mucho para llegar a mí, ya que es mucho más alta que yo y si ya mide 1,90, con esas plataformas casi 2 metros y yo solo 1,59. Uffff... Estar abrazada a ella... Sus fuertes brazos rodeando mi cintura... Siempre me ha dado esa sensación de sentirme segura y protegida que tanto deseo y necesito.
    
    Se acaba «Cuando te beso» de Niña Pastori y vuelve a sonar esta misma canción, en bucle. Y seguimos bailando así lenta y discretamente, ella llevando el ritmo y yo siguiéndola. Y ella sigue tarareando y cantando con un tono de voz más bien bajito, dulce y sensual y con un español con acento cerrado gerundense. Seguimos abrazadas, mi cabeza alcanzando discretamente sus pechos, ella acariciándome el cabello y dándome besos en la frente y en las mejillas y yo correspondiéndola con más besos en sus mejillas y más caricias en su cabello. Yo estoy ya hecha un flan abrazada a ella y rodeada por sus fuertes ...
    ... brazos.
    
    Cuando ya falta poco para que se acabe la canción, llega un momento que nuestras miradas se encuentran y nos miramos con mucha intensidad. Acto seguido, ella me besa en los labios, a lo que yo le correspondo sin dudarlo ni un solo segundo. Me siento en las nubes. Nos damos nuestro primer beso. Y después de este, otro. Y otro. Y otro. Cada vez más intensos. Su grande y prominente mandíbula con ligero progmatismo y la mía, pequeña y delicada, chocan con una pasión cada vez más violenta. Puedo sentir el dulce sabor a frambuesa en su boca. Entre beso y beso, mi cuerpo se pega más al suyo. Cuando más la beso y más me pego a ella, más hambrienta de su boca y de su cuerpo estoy. Y ella también de mí, de eso ninguna duda.
    
    –Te amo, Clara. Mucho, mucho, mucho... Llevaba tiempo sintiendo cosas por ti.
    
    –Yo también, Carlota. Yo también
    
    Después de besarnos como si no hubiera un mañana, ella se pone detrás de mí, me abraza por la espalda poniendo sus brazos en mi abdomen, empieza a besarme el cuello, las mejillas y los labios y acto seguido, ella, que se encuentra detrás de mí, empieza a caminar haciendo que yo, que estoy delante, camine por inercia hasta donde desee llevarme. Y con mucho gusto.
    
    Me lleva hasta su cama. Entonces, nos tumbamos las dos, en la misma postura que estando de pie. Ella detrás abrazándome por la espalda e imponiendo sus grandes y fuertes brazos en mi abdomen y yo delante, dejándome llevar. Una vez en su cama, me sigue besando el cuello y los oídos como si ...
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