La pediatra: parte 2
Fecha: 22/06/2024,
Categorías:
Incesto
Lesbianas
Dominación / BDSM,
Autor: carlvic34567, Fuente: SexoSinTabues30
... cuenta. El pequeño dispositivo había desaparecido en el interior del útero de la niña, ahora firmemente alojado en el interior de su cuerpo, mantenido en su lugar por las dos pequeñas alas de la T. Alicia retiró el espéculo sin cerrarlo, causando un último estremecimiento dolorido por parte de Carolina.
-Bueno, eso es todo. ¿Has leído el manual que te di la última vez?
-Sí. ¡Por supuesto! No me he cansado de leerlo- La voz de Christina estaba ansiosa, casi hambrienta. Este fue el momento que llevaba esperando desde el comienzo de la consulta, por el que llevaba aguantando el chorro caliente y exquisito de orgasmo femenino que pugnaba por salir de entre sus piernas desde que comenzó a tocarse.
Alicia recogió un pequeño control remoto blanco que también estaba en el paquete del pequeño artilugio. Ella colocó una mano sobre el vientre de la joven e iba a presionar el botón, pero Christina la detuvo:
– ¿Puedo hacerlo yo? ¡Por favor! Necesito terminar ya-, gimió la mujer, que frotaba furiosamente su entrepierna.
Alicia le entregó el control remoto a la ansiosa mujer y le dijo que colocara la mano sobre el vientre de la niña, mientras explicaba secamente:
-La corriente eléctrica producirá espasmos en la musculatura uterina, causando un dolor similar al de dar a luz. La batería es suficiente para 1,000 choques individuales, por lo que debería durar aproximadamente un año.
Christina miró el asustado rostro de su hija con ojos brillantes.
– ¿Oíste eso, ...
... cariño? ¡Oh, creo que este será definitivamente mi nuevo juguete favorito! ¡A partir de ahora vas a sentir esto con cada orgasmo!
Dicho lo cual y a una señal de Alicia, la madre presionó un botón. Sucedió de inmediato. La espalda de Carolina se arqueó, sus extremidades se estrecharon mientras luchaba con sus grilletes. La niña dejó escapar un grito incontrolado, grueso y casi bestial, todo esto, al mismo tiempo que su madre dejaba escapar un gemido de incontenible placer y desparramaba por lo menos media taza de flujo vaginal sobre el limpio piso del consultorio, a la vez que se estremecía espasmódicamente, al ritmo de un orgasmo largamente contenido.
La doctora le dijo que dejara de presionar el botón y, en cuanto Christina la hizo, la niña se derrumbó en la silla, aun dejando salir cortos grititos entre sus jadeos. Alicia vio el desastre que Carolina había hecho en el piso de su consultorio, un charco transparente pero visible de jugos vaginales, y le dedicó una mirada de desaprobación.
-Lo siento, doctora. No pude contenerme más tiempo…- jadeó la mujer, con una mirada angustiada.
-Si sabía que se iba a venir, debió habérmelo dicho, para capturar todo el líquido en uno de estos- dijo Alicia, mientras tomaba uno de los pequeños recipientes de vidrio que siempre tenía a la mano, a la altura de su escritorio. – No debe desperdiciarse ni un mililitro desquirt y, además, me tomará tiempo limpiar antes de dejar entrar a mi otro paciente.
-No se preocupe. No se ...