La mujer perdida II (Capítulo III) - Relatos Eróticos

La mujer perdida II (Capítulo III)

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CAP III

La cólera del macho Alfa

Sasha era una sumisa a la que le encantaba, sentirse humillada y vejada y yo, estaba disfrutando con esta situación.

Continúe imprimiendo fuerza y velocidad, mientras ella gritaba y gemía de placer.

-No lo olvides zorra, la próxima vez ya no seré indulgente… En esta ocasión, el precio ha sido que te pete el culo, pero en la próxima, arruinaré tu vida…-

-No… Ahhh… Esto no volverá a ocurrir Víctor…-

Comencé a dar fuertes cachetadas en el culo, y cuanto más fuerte le daba, más gritaba de placer.

El hecho de ver ese precioso trasero blanco, amoratado, casi en carne viva, me estaba poniendo cada vez más, de modo que terminé palmeándola toda, En las espaldas, en las piernas, tirándola del pelo a abofeteándole su cara…

Y ella, cuanto más fuerte la vejaba,

más entregada la sentía.

-¡Mira hacia mi cerda!-

Pegue un fuerte tirón de su melena, e inmediatamente giró su cara hacia mí. Comencé a escupir en su cara. Y entonces vi que se ponía muy colorada, Los ojos se le volvieron y empezó a temblar. Estaba sintiendo un orgasmo de esos que hacen época.

Su Cuerpo temblaba Casi al extremo de convulsionar. Sin poder tener el control de su cuerpo, cayó sobre el sofá desparramada, La imagen era increíble, había conseguido hacer que la más preciosa de mis amigas llegara al Nirvana del placer. Esa estampa visual me acompañará y durante el resto de mi ...

... vida.

-Dios!… Dios!…-

Solo atinaba a decir, me tumbe sobre ella y volví a penetrarla analmente, ella aún tenía restos de los Estertores convulsivos del orgasmo y estaba hipersensible, a cada cometida que le daba ella continuaba gimiendo.

Finalmente, cuando decidí que ya terminaría la follada, le dije que se preparara, porque iba a descargar sobre su cara, se dió media vuelta boca arriba, yo preparé mi miembro y descargué una abundante corrida sobre su preciosa cara. Mientras soltaba abundantes chorros de leche, la embadurnaba por toda su cara con mi polla, como si fuera un pincel.

Cuando termine de correrme, Sasha comenzó restregarse todos los restos de mi corrida sobre su cara. El olor del ambiente era muy fuerte e intenso.

Inmediatamente después, me sentí fatal. Estaba traicionando a la mujer a la que amaba…

La mujer de mi vida, y lo peor de todo con mi amiga, a la que tenía absolutamente chantajeada y dominada. Inmediatamente pensé en vestirme, pero no podía dar señal de debilidad. De modo que conforme se iba levantando del sitio, le ordené que permaneciera en el mismo lugar y le di a lamer mi ano.

-Quién te ha dicho que hemos terminado?…

Comienza a lamer hasta que yo te avise, después de unos instantes lamiendo, fue el turno de mis testículos y mi escroto, ella lamía afanosa y obedientemente.

-Escúchame Sasha, quiero que mañana a las 8:00 de la mañana, estés en la puerta del teatro, quiero que vayas con ese vestido ajustado que tienes rojo de tirantes con ...