Fantasía en la Cordillera
Fecha: 04/07/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: frankafka1980, Fuente: CuentoRelatos
... intensamente mientras metía mis manos bajo su vestido y apretaba sus nalgas con mis manos.
Sentir la piel de su culo en mis manos me ponía muy arrecho en ese momento, el culo de Martina era grande, voluptuoso, como me encantan a mí, solo verla en su trabajo con pants apretados, mirar cómo se le veía ese culo rico y apretado me ponía muy caliente.
Besaba su cuello, mordisqueaba su oreja, sentía el aroma de su cuerpo, de su sudor. Martina pasaba su mano sobre mi pantalón y podía sentir cuan dura me había puesto la verga en ese momento.
Después de unos minutos así, le hablé al oído:
-Quiero comerte la panocha, quiero chupártela toda.
-mmmm que rico, hazlo… méteme la lengua bien adentro.
Me agaché justo frente de ella, le saque la pantaleta, la que llevé a mi nariz y aspiré tan profundo para quedarme con el recuerdo del olor de su panocha…
Se sentía tan delicioso su aroma, me ponía cada vez más arrecho. Subí una de sus piernas sobre mi hombro y quede cara a cara –por decirlo así – con su rica vulva, sus labios ya estaban mojaditos de sus fluidos, se veían carnosos, provocativamente exquisitos… metí mi nariz primero entre sus labios para volver a sentir su aroma y luego abrir mi boca y meter ambos labios en ella, como si quisiera tragar toda su panocha de un solo mordisco.
Al morderla sentí como se estremeció de placer, me tomó la cabeza con sus manos y apretó mi cara contra su entrepierna mojándomela toda de néctar delicioso, con mi lengua saboreaba su ...
... clítoris, su vulva para luego meter mi lengua dentro su vagina y lamer todo su sexo.
- Sí que rico mi vida… cómetela toda así… no pares que me vengo- murmuraba Martina, mientras disfrutaba del delicioso manjar que tiene entre sus piernas.
Sin darle tiempo a respiro, le doy vuelta para quedar con su enorme y exquisito culo frente a mi…empiezo a lamer su nalgas, -el sentir su suave piel al pasar mi lengua es tan placentero-, las mordisqueaba mientras con mis dedos acariciaba su vulva y los introducía en su vagina para masturbarla suavemente.
Sentía como en mi mano chorreaba a borbotones del néctar que salía de su panocha mojadita, mientras Martina movía sus caderas al ritmo de mis dedos en su conchita.
En ese momento sentimos una rama romperse al paso de una persona…
nos quedamos congelados, me levanto, y abrazados nos quedamos pegados a la roca. – Nuestras miradas se cruzaban y nos reíamos en silencio de la deliciosa travesura en que estábamos envueltos- al sentir que ya no había nadie cerca y con la adrenalina en nuestra sangre de la posibilidad de ser descubiertos nos excitó mucho más.
Volvimos a lo nuestro, me agaché rápidamente, la separé un poco de la roca, Martina se inclinó hacia adelante –sabiendo exactamente cuál era mi próximo objetivo- ella misma con sus manos separó sus nalgas y dejó al descubierto ese exquisito culo que tanto deseaba comerme, ese pequeño agujero del placer tan delicioso de Martina..
Lo escupí con mucha saliva y pase mi lengua ...