El internado - 1a parte - Camila
Fecha: 05/07/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: federico montes, Fuente: RelatosEróticos
... calma a las autoridades. Y realmente fui sincero. Por lo menos en ese momento lo fui.
El control ejercido en las aulas y dormitorios, la preocupación de no darme trabajos que me hicieran tener contacto con las chicas y mi real temor a que me despidieran alejó toda posibilidad de nada durante un tiempo. Y yo no hice nada para que esa realidad sufriera modificaciones. Además, esa semana terminaban los cursos de secundario y solo quedaban las chicas que seguían los profesorados. Todo pintaba seguir aburrido
Pero un sábado todo cambió. Los fines de semana quedaban pocas alumnas ya que a la mayoría la venían a buscar sus familias para pasar el fin de semana con ellos. Y, al haber pocas chicas, quedaba reducido el personal. En una finca tan grande y con tantas habitaciones, era complicado tener todo el tiempo bajo cuidado a las que se quedaban a pasar el fin de semana allí. Más que nada las veían al desayuno, al almuerzo y a la cena.
Ese sábado salí temprano a mi habitual caminata antes del desayuno que matizaba sacando fotos de la naturaleza, cuando escuché ruidos de alguien que se acercaba. Me oculté y, desde entre el follaje pude ver a una jovencita que avanzaba mirando a cada rato hacia atrás, para estar seguro que no la descubrieran. La seguí sigilosamente hasta un claro donde se acercó a un árbol, sacó una bolsa oculta en un hueco y, de ella, extrajo una revista y algo que me pareció una lona. Con eso, se metió en el bosque unos pasos hasta un lugar donde se acostó, ...
... empezó a mirar la revista y acariciarse.
De a poco fue abriendo su blusa para masajear sus pechos, levantó la pollera, bajó su tanguita y se masturbó. Al rato estaba concentrada es su calentura y gimiendo. Por supuesto, aproveché para filmar todo. Tenía la perfecta visión de lo que hacía e incluso de la cara de goce que puso al acabar. Pensaba que ese video me iba a servir para unas pajas.
Pero, no todo acabó allí.
Dos sábados después, había ido a caminar por el bosque después del mediodía (mi costumbre es almorzar temprano) y cuando volví a mi cabaña, descubrí a esa joven esperándome. Una hermosa jovencita (después supe que tenía 18 años), morocha, de bellísima figura, muy arreglada y en forma demasiado provocativa para los estándares del internado. Enseguida pensé que me iba a traer grandes problemas. Era evidente que quería algo más que masturbarse y su audacia hizo que intentara pasar del deseo que muchas tenían a tratar que se convirtiera realidad.
- “Hola”, la saludé, “que la trae por acá, señorita”
- “Ayyy, que formal. Tuteame”. “Venía a ver si podés arreglarme este alargue que uso para la notebook. Parece que no funciona”.
Todo esto había sido dicho con excesiva sensualidad y mirada pícara, mostrando su ingenuidad y poca experiencia en seducir. Mi primer deseo fue de dejarme llevar, meterla en la cabaña y cogerla, ya que era evidente que ella estaba dispuesta para eso. Pero me serené y le dije lo más cortante y serio que pude:
-”Señorita, este no ...