Confesión de un infiel (2)
Fecha: 20/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Hetero
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... puse una almohada bajo su culo para que su coño quedase en alto y me situé a su lado durante unos minutos, besándonos y acariciando su cuerpo. Al pedir la habitación, había especificado que hubiese muchos ramos de flores, que al entrar de esa forma tan apasionada, ninguno de los dos habíamos visto. Ahora, más relajados, vi que había muchos ramos en la habitación, y que un suave perfume se extendía por toda ella. Siguiendo mi mirada, Susana se dio cuenta del detalle, agarrándose a mi cuello y dándome besos. En agradecimiento por el detalle, se giró hasta mi polla y se puso a chupármela. Rápidamente volví a colocarla boca arriba y cambié la almohada de sitio para que siguiera con el coño en alto. Tuve que sujetarla porque quería darme placer. Como no paraba de protestar, no me quedó más remedio que subirme sobre ella y metérsela en la boca. Me la estuvo chupando y lamiendo hasta que empezó a ponerse dura. En ese momento, yo me puse a recorrer su coño con mi lengua y succionar su clítoris. Al mismo tiempo que mi polla se endurecía, su clítoris se engrosaba y su coño volvía a encharcarse. Metí primero un dedo y luego dos en su coño mientras le seguía chupando y lamiendo. La posición conmigo arriba y ella abajo, no era la más favorable para una mamada, por lo que tuve que ser yo el que le follase la boca, disfrutando cuando se la clavaba entera, la retenía un momento y volvía a sacarla, haciendo que ella emitiese un quejido ronco y algunas toses. Con la polla ya dura, la hice ...
... ponerse a cuatro patas, situándome tras ella para follarla. Dudé un instante al ver sus dos agujeros a mí disposición y sintiendo una gran atracción por su ano, pero recapacité a tiempo y, pensando en que había más días, se la metí en el coño, donde entró como si fuese en el agua, gracias a su lubricación y los restos de mi corrida anterior. Su culo no dejaba de tentarme, por lo que, arrodillado tras ella y con mi polla entrando y saliendo a ritmo lento, fui chupando mi dedo pulgar y frotando en círculos sobre su ano y presionando ligeramente hasta conseguir que entrase toda la primera falange. Poco después tenía todo el dedo dentro de su culo. Desde el interior, presionaba mi polla en sus movimientos de entrada y salida. Esos movimientos me excitaban, pero más excitaban a Susana. La presión incrementaba el roce sobre las partes más sensibles de su interior y lo expresaba con frases como: -OOOOHHHH Roberto, ¿Qué me haces? ¿Qué me estás haciendo? ¡Qué gusto! Sigue, sigue. Seguí machacando su coño durante largo rato. Ella pedía más, pero la postura era cómoda, el lento movimiento no me cansaba y el placer que la presión de sus paredes junto con mi dedo me producían en mi polla, no me aconsejaban hacerlo. A pesar de mi lentitud, poco después alcanzó un orgasmo, que no debió de ser muy intenso, y quizá por eso no bajó su excitación, y al momento seguía pidiendo más. Hasta que no llegó el momento en que empezaron a molestarme las rodillas del tiempo que llevaba en esa postura, no me ...