Confesión de un infiel (2)
Fecha: 20/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Hetero
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... sobresalto por lo inesperado del momento, pero enseguida empezó a mover su culo, frotando bien mi capullo por toda la raja de su culo. Llevó su mano a mi polla y tirando ligeramente de él, me llevó a la ducha, abrió el grifo y ajustó la temperatura del agua y volvió a tirar de mí para que entrase (la ducha es muy grande, cabemos hasta tres personas) bajo el agua. Me alcanzó el jabón y puso sus manos sobre la pared. No me resultó difícil saber lo que quería. Tras mojarnos ambos y cerrar el agua, eché jabón en mis manos y lo fui extendiendo por su cuerpo. Empecé por los brazos, estirados y apoyados en la pared, recorrí sus hombros frotando suavemente, bajé por el costado hasta alcanzar sus tetas, que me encargué de enjabonar bien desde el pecho hasta el pezón y todo alrededor. Mis manos, recargadas de jabón, recorrieron su espalda hasta su culo. Embadurné sus cachetes y le pedí que se los abriese para enjabonar bien la raja. Me di jabón por delante y me junté a ella para enjabonar también su vientre. Mi polla resbalaba por la raja de su culo, que ella echaba hacia atrás para que la punta llegase hasta su vulva. Llevé mis manos hasta su coño, generando abundante espuma en él y con las consiguientes pasadas sobre su clítoris. Hasta entonces no habíamos dicho ni una palabra. Solo miradas y sonrisas. Pero en ese momento empezaron sus gemidos. -Mmmmmmm. Señor, ¡qué gusto me está dando! -La encuentro muy caliente, María. ¿Hace mucho que no folla? -La última vez fue con usted. Bajé ...
... mano que frotaba su coño hasta posicionarla abajo, para que en el siguiente envite le entrase ya en él, cosa que ocurrió inmediatamente. -Aaaaahhhhh Dio un buen gemido de placer cuando sintió cómo le entraba la mitad. Empujó con el culo para atrás, al tiempo que se doblaba en ángulo recto con lo que mi polla entró completamente haciendo que ella emitiese un nuevo gemido. Dejé su cuerpo para agarrar con una mano una de sus caderas y con la otra meter el pulgar en su ano, y sujetándola bien, comencé a follarla con rapidez. En algunos momentos, sus manos resbalaban sobre la pared, y era su cabeza la que frenaba mis envestidas al chocar contra las baldosas del baño. Mis huevos chocaban contra su pelvis de la fuerza con la que la penetraba. Ambos gemíamos de placer. Más ella que yo. Me incliné sobre ella para tomar sus pezones y estirarlos al ritmo de la follada. Por fin, ella anunció su orgasmo: -OOOOHHH. Señor, no pare. No pare. Me voy a correr. Me corrroooo. AAAAAAHHHH. Su orgasmo fue intenso, después de tanto tiempo de abstinencia. Quedó doblada y tuve que sujetarla para que no cayese al suelo de la ducha. Mi polla seguía en su coño y sentía las palpitaciones que el final del orgasmo le proporcionaba. Esas sensaciones hicieron que poco a poco fuese encarando mi propio orgasmo y me corrí plácidamente, con ligeros movimientos de entrada y salida y disfrutando de ese gusto que me estaba proporcionando. Cuando se recuperó, el jabón se había secado en nuestros cuerpos, por lo que el ...