La primera vez con un viudo de 62 - Relatos Eróticos

La primera vez con un viudo de 62

Manel se bajó del autobús y se dió cuenta que su pantalón por detrás tenía restos de la corrida del joven y al llegar a su trabajo fué directo al baño para limpiarlo, se encerró allí y se quitó el pantalón y los calzoncillos, y con el papel higiénico limpió el pantalón, sentado en el inodoro no podía sacar de su cabeza lo que había pasado durante el viaje, su polla empezó a ponerse dura y Manel comenzó a masturbarse lentamente, a su mente venían los momentos de placer vividos en el viaje, siguió meneando su verga, arriba, abajo, arriba, abajo, a su cabeza vino el momento de los besos en el cuello y su corrida y.... ya no pudo más, soltó de nuevo toda la leche que tenía en sus huevos, otra vez, no podía creerlo.

Arrugó sus calzoncillos y los metió en una bolsa higiénica que había en el baño, para echarlos a la basura, aunque le gustaría guardarlos de recuerdo de aquel placentero día subió sus pantalones y se dió cuenta que tenía algo en el bolsillo de atrás, metió su mano y sacó un papel arrugado, lo abrió y vió, "Rubén, tlf. 6x0x8x6x1, si te gustó como a mi, llámame"

- Bueno una vez estuvo bien, pero mejor dejarlo aquí, pensó

Cuando llegó a su casa sintió la soledad que le rodeaba, no olvidaba la mucha compañía que le hacía su esposa, el apartamento estaba lleno de recuerdos de objetos y fotografía que se la recordaban constantemente

-Donde quiera que esté estará feliz de que yo sea dichoso, y es que desde que ella se murió nunca había estado tan ...

... "vivo"

Preparó el baño y se dió una placentera ducha, al salir puso música clásica, adoraba los románticos, Berlioz y su Symphonie Fantastique era una de sus pasiones, al recoger la ropa sucia del baño recordó el papelito que había guardado como oro en paño, lo estiró conveniente mente y lo guardó entre las hojas del libro que estaba leyendo "Los Asesinos del Emperador", una novela histórica de la época romana, sacó de la nevera algo para picar y con un vaso de vino se puso a cenar en la sala, tratando de no acordarse del papelito, empezó a notar calor, el vino, la música, transportaron su mente a lo sucedido esta mañana en el autobús, decidió quedarse desnudo recostado en el sofá.

Sin saber muy bien porqué, en el fondo sí lo sabía, su verga volvió a darle señales de excitación, rememorando lo pasado esta mañana, sentía la necesidad de experimentar por completo como sería una experiencia gay al completo, volvió a acariciar su polla recordando lo que sentía cuando el muchacho le empujaba con su verga, dura como roca volcánica, contra su culo, que empezó a cosquillear, se incorporó y fué directo al baño, todavía guardaba los cepillos para el pelo de su mujer, rebuscando encontró uno con un mango que le recordaba su propio pene, lo puso debajo del agua caliente durante un par de minutos y empezó a frotarlo con el agujero del placer recién descubierto, trató de meterlo pero su esfínter se defendía y se negaba a relajarse para dejar paso a aquella verga de plástico, sin embargo estaba ...