1. JUANCITO, MI NIETO – CAPÍTULO 2.


    Fecha: 18/07/2024, Categorías: Gays Hetero Incesto Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... las hijas de diez, once o doce años como si fueran“lolitas” que deben enseñar el culito que se cargan o sus tetitas incipientes o que ellas mismas muestren más de lo debido porque“es moda” y nadie debe opinar al respecto.
    
    Si a eso le sumamos que no se vende un kilo de Yerba Mate si no se pone el culo de una modelo en primer plano o que los adultos también se apabullan con el aluvión de sexo que los bombardea y que la“carne fresca” es más atractiva, genera“uniones” que no deberían ser, muchas de las cuales, se buscan… Cualquiera me podría decir que el adulto debe saber que hacer o como detenerse, pero…¿quién tira la primera piedra cuando una criatura busca atenciones y te dice que le gustaría que se la metieras? Quizás lo que yo pensaba daba para miles de horas de debate, aunque lo único que contaba en ese momento era tener en mis manos las tetas y el culo de mi hija y eso también era producto de“lo que no se debe”, pero que subyace en cualquier padre cuando aparecen en sus hijas las primeras formas de mujer y no me vengan con hipocresías, quizás no daba para pajas por esto o para violarlas y sacarse ganas, pero mirar siempre se las mira y cuando no que se piensa quien será el afortunado que las“emboque”.
    
    Todo entra en el mismo combo mediático o en la famosa apertura sexual incentivada por Políticas de Igualdad que no comparto, pero que calan más profundo en la cabeza de los más chicos. Las Leyes punitivas existen, pero siempre se buscará la manera de buscarles la trampa ...
    ... y aprovecharse de ello. La voz de mi mujer me sacó definitivamente de mis pensamientos y lo alcé aJuancito para irnos a cenar, claro que, entre risas y cosquillas, ninguna de sus nalgas se salvó de mis caricias ni mis oídos de recibir sus suspiros y gemidos por esto. Mi hija se había puesto una especie de enterizo de color rosa, parecía de felpa y la ropa se ceñía a su cuerpo, no tenía breteles y no sé cómo hacía para que sus tetas se mantuvieran allí adentro, el canalillo, como dicen los españoles, parecía un faro para atraer miradas, ni hablar del shorcito que dejaba una cuarta parte de sus nalgas al descubierto.“Nena, te queda hermoso, creo que yo también me compraré uno para mí parecido al de tu suegra”, -expresó mi mujer, pero no le di bola, mi táctica para no mirar y babearme con semejante aparición era hablar conJuancito del juego de la Play.
    
    Luego del café y mientras le sacaban el cuero a la suegra deCynthia, bastante disimuladamente para queJuancito no se diera cuenta, pero no lo suficientemente disimuladas como para que yo no me diera cuenta, entendí que la señora, viuda desde hacía cinco años, se conservaba mejor que mi mujer, aun cuando tenía tres años más, que no tenía cirugías y andaba“necesitada”, pero en el pueblo no quería dar lugar a habladurías y tampoco se animaba a ir a otro lugar porque su experiencia en esto era nula. Estaba podrida en dinero, pero su limitada experiencia no la dejaba ser feliz, según las dos, por eso el carácter agrio. Se me vino a ...
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