1. De camino al pueblo, me decía a mí mismo que no lo volvería a ver


    Fecha: 19/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    De camino al pueblo, me decía a mí mismo que no lo volvería a ver
    
    Al parecer me había perdido, y debido a lo oscuro de la noche, ni idea tenía de cómo regresar a la carretera principal.
    
    Me encontraba en una zona rural, bien apartada del pueblo, en el que me nombraron maestro, mucho más temprano, por querer conocer la región, salí a dar un recorrido, y me perdí.
    
    Ya había oscurecido, cuando finalmente encontré una pequeña casa de campo, por lo que le pedí al señor que vivía en ella, que me dejase pasar la noche, frente a su casa, dentro de mi auto, la verdad es que eso, como que no le importó mucho, por lo que me dijo que sí.
    
    yo estaba loco de contento, dando saltitos de alegría, y cuando me preguntó que, si deseaba cenar, más contento me puse, ya que de verdad tenía hambre.
    
    Durante la cena, le comenté que yo era el nuevo maestro del pueblo, pero que por lo visto me había perdido, al no conocer la región. Él por aquello de ser un buen anfitrión, me invitó a tomar algo que resultó ser aguardiente, por lo que después de unos cuantos tragos, comencé a sentir algo mareado.
    
    Ya llevábamos un rato bebiendo, cuando se desencadenó una fuerte tormenta, con mucha lluvia, fuertes truenos, y rayos.
    
    Como había dejado la ventana de mi auto abierta, apenas comenzó a caer el fuerte aguacero, salí corriendo a cerrarla, pero al regresar estaba completamente mojado de pies a cabeza.
    
    El dueño de la casa me propuso que, para no resfriarme, me quitase la ropa, que él me iba a ...
    ... dar una toalla para que me secase, y una vez que escampase, buscara en mi auto algo de ropa para cambiarme.
    
    Quizás por lo mucho que ya había bebido, sin pensarlo mucho más ni más, me desnudé completamente, de espaldas a él, y comencé a secar todo mi cuerpo, y posteriormente mi largo cabello.
    
    Y todas estas, mientras que yo me secaba, me dio la impresión de que el dueño de la casa en lo único que él se fijaba era en mis nalgas, que en todo momento le estuve mostrando, pero sin darme cuenta, se los juro.
    
    Lo más graciosos de todo resultó ser que cuando me coloqué la toalla, en lugar de ponérmela a la altura de la cintura, como normalmente lo hago, me la coloqué a la altura del pecho.
    
    Fue cuando él me comentó, que de no saber que yo era un chico, al verme así, y de espalda, él fácilmente hubiera pensado que yo era una chica.
    
    En ese momento me sentía tan y tan mareado, que al escucharlo decirme eso, no se me ocurrió nada mejor que decirle en un tono de voz afeminado, que me daba bastante gracia, sus palabras.
    
    Él no hizo más comentarios, pero si me siguió ofreciendo de su aguardiente, y cuando ya había dejado de llover, le comenté que iría a buscar algo de ropa a mi auto.
    
    Pero al ponerme de pie, al parecer me encontraba tan mareado, que necesité de su ayuda para caminar.
    
    El señor me sujetó con sus brazos, agarrándome por la cintura, por lo que le di las gracias, y apenas comencé a caminar, la toalla se me desprendió, quedando completamente desnudo entre sus ...
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