El maduro - Relatos Eróticos

El maduro

... sentí como pegaba sus labios a los míos y su lengua traspasó al interior de mi boca comenzando un beso que duró un par de minutos.

Si ya me sentía mareado por el alcohol ahora me sentía aturdido por el grado de excitación y mis sentidos estaban a flor de piel con ya más que evidente erección y dejándome sobar por aquel tío maduro.

Miguel_ ven vamos.

Este se levantó y se fue hacia la puerta siguiéndole yo como un corderito en la calle ya me dijo que íbamos a su apartamento a darnos una ducha.

Yo me sentía más mareado de la cuenta pero a su vez iba con él como hipnotizado esperando sin ninguna duda pasar la noche con él.

Ya en el apartamento se desnudó el y lo hice yo también torpemente nos fuimos los dos hacia la ducha donde una vez que empezó a caer el agua este empezó a besarme ha apasionadamente sintiendo nuevamente como mi pequeño pene volvía a crecer.

Yo_ Miguel estoy a gusto contigo pero creo que he bebido demasiado sería mejor dormir un rato.

Miguel_ bien no te preocupes lo importante es que estés a gusto y sepas lo que quieres.

Nos fuimos a la cama entre besos apasionados con lengua me quedé enseguida dormido.

Varias horas después me levanté a orinar me sentía mejor y cuando me metí a la cama recostando mi cabeza sobre el pecho de Miguel este enseguida empezó a acariciarme y comenzamos a besarnos mientras me preguntaba si me he encontrado mejor.

Sí que estaba mejor pero no al 100%.

Así se lo hizo saber.

Miguel_ eres gay o ...

... bisexual.

Yo_ cuando esté mejor seré tu putita te parece bien.

Miguel_ creo que te vas a hartar.

Volvimos a dormirlos haciendo la cucharita sentía su verga pero no tenía suficiente control sobre mí mismo para comenzar una sesión de sexo.

Unas horas después me desperté siendo besado en la boca y sobado por todo mi cuerpo la habitación se encontraba a oscuras pero enseguida me di cuenta de que no estábamos Miguel y yo solos en la cama aunque no me importó lo más mínimo sabiendo que con quién me besaba no era el maduro.

Aquella boca me abandonó para acto seguido sentir la punta de lo que era una buena verga intentar traspasar mis labios sabore aquel capullo que se deslizó hasta el interior de mi boca dándole un buen atragantón de verga en salir aquella verga y chupe durante un rato hasta que me ofrecieron las pelotas en mi boca que chupe y en salive.

El miedo sentía como una lengua me lo lubricaba y ayudado por un dedo que sabría camino para lubricarme mi agujero.

Miguel_ bien querías ser mi putita y lo vas a ser.

Donde provenía la voz de Miguel era el que me iba a encular mientras ahora me estaba comiendo el culo de la otra persona misteriosa.

Encendieron la luz y acto seguido con mis piernas levantadas sentí como me perforaban mi ano mientras yo me comía aquel culo que succionaba mi lengua casi al completo.

La polla de Miguel debía ser gruesa ya que me dolía cada vez que me embestia, quien estaba sentado en mi cara ofreciéndome su ano se volvió para volverme ...