Desnudando el Alma III: Placeres en la Oficina - Relatos Eróticos

Desnudando el Alma III: Placeres en la Oficina

... gemido escapa de tus labios mientras te entrego el más dulce de los placeres, mis movimientos expertos y mi lengua juguetona enviándote al borde del abismo una y otra vez. Te aferras al borde de la mesa, sintiendo cómo las sensaciones abrumadoras te envuelven por completo y te arrastran hacia un éxtasis que solo yo puedo ofrecerte.

El mundo desaparece a tu alrededor mientras te entregas por completo al placer del momento, cada roce, cada succión llevándote más cerca y más cerca de la cima del placer. Pero justo cuando sientes que estás al borde del clímax, una oleada de preocupación se filtra entre las sensaciones de excitación.

Mis movimientos se detienen abruptamente y tus ojos buscan los míos, encontrando una mezcla de deseo y ansiedad reflejada en ellos. La posibilidad de ser interrumpidos agrega una nueva capa de emoción al momento, alimentando el fuego de la pasión, pero también sembrando la duda en tu mente.

A pesar de la preocupación, no puedes ignorar el deseo ardiente que arde dentro de ti, instándote a seguir adelante. Te acercas a mí con pasos vacilantes pero determinados, dejando que el anhelo de lo desconocido guíe tus acciones.

Con cada paso que te acercas, sientes el pulso acelerado de tu corazón. Finalmente, cuando estás frente a mí, desnuda y ofrecida sobre la mesa, la excitación eclipsa momentáneamente cualquier otra preocupación.

Te sumerges en el momento, dejando que el deseo te consuma por completo mientras te entregas a la pasión ...

... desenfrenada que compartimos. La madera fresca de la mesa se siente firme y acogedora contra mi espalda desnuda, un contraste palpable con la calidez de mi cuerpo que yace expectante frente a ti.

Cierro los ojos por un instante, saboreando la electricidad en el aire, la tensión entre la posibilidad de ser descubiertos y la urgencia creciente del deseo compartido. Puedes sentir la brisa de la incertidumbre acariciar tu piel, añadiendo un elemento de riesgo que agudiza aún más los sentidos.

Tus manos exploran mi cuerpo con un toque apasionado, siguiendo la curva de mi cintura, ascendiendo lentamente hacia mis pechos. Cada caricia es una promesa de placer, un recordatorio de la lujuria que arde entre nosotros.

Mientras te acercas para unir tu boca con la mía, el sabor de la excitación se mezcla con el dulce matiz de la piel desnuda. La urgencia se intensifica, tus labios explorando cada rincón con ansia, buscando el eco de la pasión que compartimos en este momento clandestino.

Siento cómo tu aliento cálido se entrelaza con el mío, creando una sinfonía de suspiros entrecortados. Nuestras lenguas danzan en un juego sensual, explorando cada matiz y sabor con avidez. La electricidad en el aire se vuelve tangible, como si estuviéramos envueltos en un halo de deseo compartido.

La intensidad aumenta a medida que nuestras caricias se vuelven más apasionadas. Puedo sentir tus manos recorriendo mi cuerpo con destreza, descubriendo cada centímetro con una mezcla de posesión y ...