Dos hermanas
Fecha: 25/07/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: secretfile, Fuente: TodoRelatos
... alguien, te vuelves mucho más selectiva
- ¿En qué aspecto?
- Bueno, es algo complicado de explicar. En mi cabeza parece que todo tiene sentido y está super claro. Pero voy a intentar buscar las palabras adecuadas. Cuando aprendes a estar sola, a no sentirte mal estando sola, a disfrutar estando sola, y ojo, no me refiero a que no se eche de menos los momentos íntimos de amor, o abrazos o irte a dormir junto a alguien.. Que se echa de menos, eso te lo garantizo, eso se echa de menos. Me refiero a que literalmente no te sientes mal, no sientes ansiedad, malestar, miedo, tristeza. Entonces empiezas a entender que no necesitas a nadie para ser feliz.
Pero no estar mal no es lo mismo que estar bien.
Laura Tomó aire, esperó unos segundos pensando en como ordenar las ideas de su cabeza antes de hablar para después continuar.
- Entonces ya no buscas a nadie. Pero no cierras puertas. Si aparece alguien que te aporte y no reste, que te de paz y no guerra, y te deje el culo como las bocas de metro, entonces es cuando abres las puertas y te comprometes. Hasta entonces, a vivir sola y a follar todo lo que se pueda.
-Por las bocas de metro - Dijo Carla levantando la taza de café y brindando con su hermana.
Después del café vino una copa de hierbas dulces.
Laura una vez le dijo que uno de sus antiguos ligues, amante de las cervezas artesanales y licores caseros y de todo ese mundillo, le había insistido mucho en casa tipo de bebida requería de un tipo de vaso o ...
... copa especifico. En el caso de las hierbas dulces mallorquinas se servían en una copa del estilo coñac. Redondas, anchas, con un buen bloque de hielo en el centro. Nada de cubitos pequeños. Estos al final se deshacen y aguan el licor. El bloque de hielo, si se usaba agua de mineralización débil o de osmosis quedaba completamente transparente. Además, tardaba bastante más en derretirse. Enfriaba el licor, pero no lo aguaba. Laura cansada de no encontrar cubitos de gran tamaño compró unas cubiteras especiales. Eran cubitos completamente cúbicos de 4 centímetros.
Poco después de la primera copa de hierbas vino la la segunda. Esta vez Laura al prepararla la llenó un poco más de lo que se considera adecuado. Vamos, lo que se considera llenar el vaso hasta arriba.
- Ven, ayúdame, que ahora mismo la casa se me queda pequeña. - Le incitó Laura a Carla para que se levantara.
La mayor le pasó la copa a su hermana. Ella rebuscó un poco y tras meter algunas cosas en una bolsa, agarró un par de tumbonas plegables que tenía guardadas debajo del fregadero del lavadero.
- Venga acompáñame. Pero en silencio. – Y le hizo el gesto de llevarse el dedo índice a los labios.
Pillaron el móvil, las gafas de sol y abrieron la puerta del piso.
- ¿A dónde vamos? Susurró Carla.
- Psssshh - Le chistó Laura - Sígueme y cierra con cuidado.
Laura haciendo indicaciones con la cabeza, le indicó a Carla que la siguiera. Subieron las escaleras del pasillo del edificio más en silencio que ...