1. Lecciones de sexo con papá 1


    Fecha: 04/08/2024, Categorías: Incesto Autor: ErotiCosmica, Fuente: TodoRelatos

    Lecciones de sexo con papá
    
    Hola, soy Malena y tengo 21 años. Vivo con mi papá y siempre hemos tenido una relación muy cercana. Somos amigos, confidentes, cómplices, más allá de solo ser padre e hija. Nunca ha habido tabú para nosotros, de ningún tipo: ni de nuestros cuerpos, ni de los temas que abordamos ni nada. Pero nunca hablábamos de relaciones sexuales, simplemente no había surgido el tema, por lo que yo desconocía prácticamente todo. En eso era muy inocente. En cambio tenía mucha experiencia en el cuerpo humano, tanto el femenino como masculino, pues mi papá y yo acostumbrábamos vernos desnudos sin prejuicios. Desde pequeña me enseñó que él tenía pene y testículos, y yo tenía vulva, con todas sus partes como la vagina. Pero como he dicho no sabía todas las posibilidades que estas partes del cuerpo podían tener.
    
    Era usual que nos bañáramos juntos o que anduviéramos desnudos si nos fastidiaba la ropa, nos daba calor, etc. A esto hay que añadir que mi papi era muy cariñoso conmigo. Se desvivía en besitos, abrazos, caricias y cosquillitas en todo el cuerpo. Por lo general estas caricias eran en los brazos, espalda o piernitas, y esas me las daba en cualquier lugar, aun fuera de casa y frente a la gente. Pero teníamos nuestras caricias especiales que solo me hacía cuando estábamos solos en la casa. Él me explicó que siempre hay un momento y lugar para hacer todo y que hay partes del cuerpo más privadas que otras, como las nalguitas, los senos, la parte interior de los ...
    ... muslos, etc. Entonces los toqueteos a estas partes eran privados y solo sucedían en casa a puerta cerrada. Yo lo entendí y no tenía problema con eso porque me gustaban mucho los roces de papá sobre mi cuerpo, a veces con ropa y a veces desnudo. Por ejemplo, podíamos estar viendo la tele juntos abrazados y mientras con sus manos me tocaba todo lo que su mano alcanzara a rozar. Así fue siempre.
    
    Cuando nos bañábamos, era natural enjabonarnos el uno al otro. Me encantaba sentir sus manos resbalosas tocándome toda para esparcir el jabón. Sentía muchas cosquillas ricas, sobre todo en las espalda y en mi vulva. Yo lo enjabonaba hasta donde podía porque él es más alto.
    
    Desde que recuerdo a mi papá se le metió en la cabeza la idea de instalar una tina amplia tipo jacuzzi en la casa. Cuando lo hizo, nos metíamos juntos y yo tiraba mucho jabón para hacer espuma y estar entre las burbujas. Ahí también nos metíamos desnudos, pues dada la confianza, no había caso ponerme un bikini incómodo. Ya dentro de la tina, cada uno se recargaba de un lado, de tal manera que nuestras piernas quedaban de frente encontradas y las entrelazábamos. Otras veces nos abrazábamos, él quedaba rodeándome y también me hacía caricias en mis brazos y mi pechito.
    
    Llegó el momento en que crecí y empecé a sentir curiosidad por el sexo y él me escuchó en todas mis dudas y respondía todo lo que podía. Así le fui preguntando cómo se engendran los bebés, cómo es tener sexo, qué se siente, por qué se habla tanto ...
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