Lecciones de sexo con papá 1 - Relatos Eróticos

Lecciones de sexo con papá 1

... del sexo en las películas, canciones, etc. Puede parecer ingenuo pero yo era muy inocente, pues en ninguna de mis escuelas había recibido educación sexual porque lo consideraban indecente. Entonces me fue respondiendo y explicando que las relaciones sexuales se usan para la reproducción, pero también por placer y casi por pasatiempo porque es muy placentero y se siente muy rico en todo el cuerpo.

Le pregunté: “¿El sexo se siente como las caricias que me haces?, porque son muy agradables”.

A lo que respondió: “Mmmm, algo así, pero más intenso porque en el sexo las caricias se enfocan en otras partes del cuerpo como los pezones y el clítoris, en el caso de las mujeres, y el pene en el hombre”.

Yo dije: “¿Te parece placentero cuando te lavo tu pene”.

Papá respondió que sí y después de un pequeño silencio, me dijo: “¿A ti te gusta cuando te lavo la vulva?”. Le dije que sentía unas cosquillas ricas, pero que no estaba segura de qué sentía.

Papá me dijo que era muy importante saber qué sentía y que conociera mi cuerpo, pues así podía disfrutar más del sexo y no solo dejar que otros me usaran. También me dijo que existe la masturbación, que es cuando una persona se toca y disfruta solita, y que esa era otra forma de explorarme.

“Male, ¿te gustaría que exploráramos más tu cuerpo para ver cómo te gusta sentir?”

“Mmm no sé papá. Sí quiero porque me da curiosidad, pero también miedo y vergüenza”.

“Hija, recuerda que entre nosotros hay confianza para todo. Hay ...

... gente que ve el sexo con mucha vergüenza y eso no los deja disfrutar y yo no quiero que ese sea tu caso. Lo que vas a sentir es más o menos como las caricias que tanto te gustan”.

Lo pensé un poco y le dije que sí: “Bueno, papi, quiero intentarlo”.

Así fue como mi papi y yo organizamos tener una tarde solo para nosotros. Esa tarde, él puso el jacuzzi, lo preparó con mucho jabón como me gusta. Entramos y el agua tibia me hizo sentir cómoda. Me senté recargada en él, dándole la espalda, con sus brazos rodeándome. Papi empezó a acariciarme los hombros y los brazos. Me daba besitos en el cuello.

Después se siguió a acariciarme los senos. Los agarraba suavemente y pasaba sus dedos por mis pezones. Agarró mis pezones y los acarició, los estiró, los agarraba entre sus dedos. Todo esto lo hizo con suavidad, pero firmeza. Yo empecé a sentir todo tipo de sensaciones. Me gustaba mucho. Con estas caricias y pellizcos reiterados en mis pezones sentí cosas parecidas a las que había sentido antes, pero mucho más intensas. Mi papi me dijo “relájate, cierra los ojos y concéntrate en lo que estás sintiendo”. Yo cerré los ojos y sentí un placer muy grande. Sin quererlo, comencé a gemir suavemente, casi como suspiros.

Un rato después de que mi papi estuvo estimulando mis pezones, me dijo “ahora te voy a tocar el clítoris, abre las piernas”. Me dijo “este es tu clítoris y está hecho para que sientas placer”. Entonces acarició toda mi vulva, pero luego se concentró en una parte que se ...