ME GUSTA EL CHUTO Y TODO LO QUE SEA DARME PLACER POR EL CULO.(II) Por Putita Trav
Fecha: 07/08/2024,
Categorías:
Fetichismo
Gays
Transexuales
Autor: JuanaLoca, Fuente: SexoSinTabues30
Ya les hablé largamente de mis inicios con el cura que me señaló el camino cuando me sedujo con regalos y remilgos hasta ponerme en cuatro y hacerme ver elefantes rosados y dinosaurios amarillos con su gorda y larga verga 24/7.
Acá quiero contarle la diferencia entre culiar y «hacer el amor». ¿Es posible el amor entre hombres como el que conocemos? Bueno, acá les dejo mis vivencias.
Abierto y sanado mi estrecho poto se agrandó y dilató cada vez que me tocaban las tetillas o mi pequeño pene. Aprendí a mamar como una profesional. El culo no se escapaba de mi actitud lamedora. Si bien no todo era limpieza, conocñi vergas con quesillo y culos chocolatados
, pero con los aromas de la cannabis a la que me había vuelto asiduo aunque no adicto, porque solo la usaba para culiar, podía hacer cualquier cosa que a veces en estado normal, nadie se atrevería a hacer.
Aprendi a disfrutar de las corridas en la cara en el pecho, en el abdomen y las más deliciosas en la entrada de mi sediento culo. Me gusta ahora que me orinen. El meado caliente en mi ano, perineo o pene, me pone a mil por hora y ya se desata la puta que vive oculta en mí y me posee al punto de que solo dándome chuto se atenñua, cuando no, se exalta a punto de perder toda noción de la realidad.
En este punto ya estarán diciendo: La weona loca. Y sí es esa la razón de por qúe Juana y loca van juntas.
Quiero contarles a ustedes, mis calientes y morbosos lectores cuando me enamoré de un varón que me dio ocho ...
... horas de su vida en dos tardes en que me puso de todas formas para meterme su chuto. El más grande que he tenidp en mi ratonera.
Vivía en un pueblo cercano y vino a verme esos dos días. La primera vez nos encontramos en la plaza, después de saludarme me preguntó: ¿Muy grande? Era un ejemplar de hombre musculoso, de cara muy agradable, espaldas anchas, de 1,90 más o menos. Mi respuesta fue: En la cama somos del mismo porte. Un amplia sonrisa me dejó ver su dentadura alba.
Llegamos a la morada. Nos sentamos en el sillón y me subí en sus piernas. Empezamos a besarnos ya desprendernos de la ropa que nos molestaba. Rápidamente me despojé de los pantalones y quedé con la tanguita restregándome en su bulto viril. Fui poniendo demasiado ímpetu en mis movimientos previos a lo que sería una tremenda penetración. Esto porque el bulto que se evidenciaba era muy voluminoso.
Lo malo fue que el sillón no resistió el peso de ambos y una de las patas cedió y decidimos irnos al dormitorio. Ya estábamos desnudos y extraje un condón de la caja que siempre guardaba y empecé a mamarle la verga e intenté ponerle el preservativo, pero solo le cubrió la cabeza del pene. Un momento de duda, pero ante tremendo chuto, no me quedo más remedio que degustarlo sin la goma.
Me puse en cuatro y sentí un estremecimiento provocado por su lengua que jugueteaba con mi ávido agujero. Después de introducir uno, dos y tres dedos, puso la punta de su verga en mi poto.
La forma de su pico era delgada en la ...