Soy todo un caballero - Relatos Eróticos

Soy todo un caballero

... están rígidos, lo monte de un salto y goce como nunca lo había hecho antes en toda mi vida, sentía como un fuego en mi concha que ardía sin piedad, y me llevaba a la locura, me sentí sucia y puta, me avergonzó mi comportamiento, pero era tan grande mi calor que no podía dejar de moverme sobre el pene de mi marido, el ya había acabado y llenado mi vagina con su semen, delicadamente me aparto y se dirigió al baño para higienizarse, mi pecho aun subía y bajaba en una loca carrera, algo había sucedido, algo que cambiaría mi vida, Ines y esa maldita frese habían acabado con todo mi decoro, esa noche me transforme en una mujer sexual, me cuesta reconocerlo, pero esa noche se despertó en mi la lujuria y la pasión, ya nunca mas pude frenarle, mi cabeza estallo y me transforme en una puta que solo podía pensar en sexo, de allí a mi primera aventura solo pasaron tres días.

Totalmente confundida, alterada y con los nervios de punta, no podía dejar de pensar en el sexo, mi marido no me llegaba a calmar y yo con toda mi belleza aun a flor de piel merecía sentirme mujer de verdad, pero, si le era infiel y me pillaban?, mis hijos, mi familia, mi posición, no podía perder todo por una calentura, pero mi vagina no me dejaba en paz, únicamente se me ocurrió que tendría que calmarme y jamas nadie debería enterarse, ese seria mi final, sabia muy bien que debería ser muy, muy precavida y tener todo muy bien pensado, calcularía todo, con esos pensamientos estaba cuando terminamos de ...

... desayunar y sonó el timbre, sacudiendo mi cabeza de esos pensamientos me dirigí a la puerta para atender el llamado del timbre, cuando abrí la puerta me sorprendí, me puse blanca y roja con diferencia de un segundo, mi corazón palpitaba alocadamente, hasta casi tartamudeando le di los buenos días a Gustavo, mi concha estaba totalmente mojada, incluso moje toda mi ropa interior.

-Perdón la hora de mi visita Clara, es que se rompió el coche y no arranca, te importaría llevarme contigo a la clínica, me harías ese gran favor?

-Cla..claro que si…..agarro mi bolso y salimos.

Durante el viaje note como Gus miraba mis piernas y eso me ponía cardíaca, incluso una vez lo pille con sus ojos fijos en mi busto, yo me puse colorada y el muy sinvergüenza me sonrió con una sonrisa llena y plena de picardia que aun recuerdo, nuestra atracción era mutua, debo ser sincera y decirles que fue en ese preciso momento cuando decidí no conformarme con cualquier cosa, si seria infiel, lo seria con el macho que me calentase, no lo haría con cualquiera, soy una mujer hermosa y puedo conquistar al hombre que desee, y yo deseaba a Gustavo, ademas ella (Ines) jamas estaría a mi altura, yo era una dama, ella solo una secretaria, fue así que comencé a provocar sutilmente a Gus, nunca sentí amor, ni enamoramiento, ni siquiera amistad por el, mucho menos remordimientos, solo que me calentaba terriblemente el echo de saber que era vergudo, yo deseaba sentirme mujer, deseaba que un macho me hiciera sentir una ...