1. Una preciosidad de hijita 7


    Fecha: 15/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Pata negra, Fuente: SexoSinTabues30

    Una preciosidad de hijita (7)
    
    Cap. VII
    
    Llegué a la oficina más tarde que de costumbre. ¡Puta madre! Qué calentada la de anoche. Nos acostamos ya de madrugada. Ni modo. Me siento completamente descremado, y no es para menos. Las venidas han sido geniales. Me he pajeado como jamás lo había hecho antes. Ni siquiera cuando era un adolescente, recuerdo que me masturbara con tanta intensidad. ¡Caray! Todo esto es increíble. Nunca pensé que la historia infantil de mi propia mujer me excitara de esa forma. ¡Cuánta leche he derramado oyendo todo eso! ¡Con cuánto placer escucho lo que ella le cuenta a Rubí! La muy cachonda de Elsa es genial. Y nunca pensé que escondiera esos secretos tan inconfesables.
    
    Son tan calientes y me excitan tanto. No sé cómo no se lo pregunté antes. Pero me gusta más ir sabiendo todo mientras se lo cuenta pormenorizadamente a Rubí. Le pediré que le siga revelando a la niña todo todo hasta que termine de sacar sus cosas más ocultas. Necesito saber todo lo que escxonde en su caliente mente. Todo esto pinta bastante bien. Lo único que no pinta bien es el clima. Pinche calor de infierno. Pero es verano. El día transcurre como siempre. Papeles y más papeles. ¡Qué pendejada! Ni modo. Y el pinche calor que no cede. Las lluvias se están tardando demasiado. El calor es insoportable. Es verano. Un verano demasiado caliente.
    
    Cuando acaba la jornada me salgo de la oficina y me voy a casa. Como me ha sucedido en los últimos días voy pensando en Rubí. Su figura ...
    ... infantil me excita. Recuerdo su panochita imberbe; de niña. Qué linda es mi pequeña. Y es bien calientita. Mi mujer se ha encargado de despertarle esos deseos que todas las niñas guardan en su mente como dormidos, como duendes agazapados. Y están siempre esperando a que alguien encienda la mecha para que se desborden; para explotar como pólvora. Todo esto que estoy viviendo es tan lindo y tan diferente. Lo disfruto como ninguna otra cosa. Diviso el departamento a lo lejos. Llego al parking y estaciono mi automóvil. Entro en la casa. Todo está apagado, como los últimos días. Mmmm. De seguro Elsa me ha preparado otra sorpresa. Pero ya no quiero sorpresas. Lo que quiero es seguir oyendo la historia de mi mujer mientras se la cuenta a la nena. Y sobre todo, ver las reacciones de Rubí. Subo las escaleras con cuidado. La puerta, como siempre, está entreabierta. Sólo lo suficiente. Me asomo en silencio.
    
    Miro a Elsa y a Rubí. Mi mujer ya le está tocando el chochito a la niña. ¡Qué caliente es Elsa! No cabe la menor duda. Veo que le mete un dedo entre su rajita y Rubí gime. Mi mujer está tan dedicada a lo suyo que la veo perdida en los tocamientos íntimos. Ni siquiera me ve. Y yo lo que quiero es seguir oyendo su historia. Pero tengo que esperar a que ella se de cuenta de que estoy allí. No quiero que Rubí sepa que yo escucho todo lo que Elsa le cuenta. Si lo sabe no será lo mismo. Tiene que creer que están solitas. Observo la carita de la niña que está como contraída a causa del ...
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