En 1990
Fecha: 16/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: emi5, Fuente: RelatosEróticos
... los labios, los metía, se los pasaba por el clítoris y para adentro otra vez también estaba tratando de chuparse el pezón.
La escena fue fuertísima, mamá con los ojos vidriosos pensó que era el otro hombre.
Yo ni lo pensé, ayudado por cada extremidad me despoje de todo, la tomé de la cintura atrayéndola más al borde de la mesa y la penetré, se apoyó en los codos y me vió sin ver qué era yo, sonrió entre el llanto, en cierto momento se acomoda y apoya la espalda en la mesa.
Yo le doy como si no hubiera un mañana, ella levanta las piernas a mis hombros, es medio incómodo.
Bajo sus piernas y se abre como un pollo, sus pechos quedan perfectos para ser tocados y estirados, también abro sus labios vaginales, es hermoso, mi pija entra y sale.
Al oír más jadeo, más gemidos que llanto le doy la vuelta, apoya su vientre y sus tetas en la mesa, ella se mueve, quiere dominarme, empuja y succiona, se mueve de arriba abajo, empuja, la engulle con facilidad después da unos empujoncitos de trasero.
Levantando un poco el pecho de la mesa y apoyando las palmas logra un poco más de autonomía, yo la tengo de la cintura pero es obvio que mamá me domina.
Me toma de las manos que están en su cintura y me lleva despacio hacia atrás dando un paso a la vez: - sabés, es la primera vez que camino ensartada.
Qué bien que lo hace - pensé estúpidamente.
Separó mis manos, una la llevo al clítoris y la otra a sus pezones, estábamos cogiendo con la puerta de la cocina abierta, ...
... pero no había problemas, el patio era grande y atrás no vivía nadie.
Que maravilloso coger de parados encima dándome la espalda, la veía ir y venir, salir y entrar, subía y bajaba frenética, movía el culo en círculos, se abría las nalgas con los músculos de mi abdomen y me cogía super bien.
Creo que de tanta calentura la tomé del pelo y sin parar de metérsela de lo caliente que me tenía la llevé a pijazos nuevamente a la mesa.
Ahí si, lo quería hacer como una porno, entonces no paré de salir y entrar de ella a toda velocidad, ella nunca dejó de mojarse.
Chapoteo va, chapoteo viene me la estoy cogiendo como nadie.
Ya me duele un poco Ful (el hombre se llamaba Fulgencio) acaba por favor me vas a dejar en carne viva.
No importó para nada, ella no paraba de mojarse y yo a lo loco cogiéndomela, convencido que nunca más pasaría, la levanté del pelo para dejarla más parada y prendí a sus tetas.
Yo la aplastaba contra la mesa pero ella no era pasiva o paciente y colaboraba moviéndome con el orto.
Me acordé de una peli asiática que ví una vez, le puse la rodilla en la mesa, se la saqué, le pasé la lengua por la concha y me mojó y le chupé todo lo que pude del culo.
Agarré mi pito, la tomé de su nalga apretando bien fuerte, separando para que se vea ano y concha, apunté sin que lo notara y de un empujón me fui para el fondo, ella se quedó sin aire y tosió un poquito, me apiade de ella.
Cuando dijo:
Ya estoy…(entré a darle a lo tarado)
Levanté su otra ...