Un bonito regalo para mi amada Carlota
Fecha: 19/08/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tímida y a la vez sensualmente, una vez se termina el bombón. Y acto seguido, se los desabrocha y se los quita lentamente, dejando ver unas braguitas negras y las botas altas negras de cuero, plataforma y tacón ancho que lleva, bien ceñidas a sus largas piernas. Al ser pantalones acampanados, no le resulta difícil quitárselos.
Uffff... Justo la prenda que yo ya le quitaba hoy con la mirada... Con este grueso jersey granate de lana de cintura para arriba y sin nada más ni nada menos que braguitas y una de esas botas altas altas o chanclas de cuero, plataforma y tacón de cintura para abajo. Como me excita verla tan modesta de cintura para arriba y tan provocativa de cintura para abajo. La miro con mucho deseo.
Una vez se ha quitado los pantalones, ya se le enciende el ordenador, abre el documento con el trabajo y va leyendo los libros que tiene que leer. La observo. Veo que tiene un lápiz en la mano para subrallar, que va mordiendo de vez en cuando. Me siento muy excitada. Este estereotipo de «nerd» estudiosa y aplicada y a la vez discretamente provocativa de puertas para adentro reconozco que me pone muy a tono.
Pasados unos diez minutos, toma la caja de bombones y coge otro bombón. Ufffff... Vuelvo a ver cómo lo saborea lenta y sensualmente mientras va estudiando, esta vez dándole pequeñas lamidas y mordisquitos hasta que el bombón se hace más pequeño y acaba saliendo una crema de chocolate blanco (por fuera son de chocolate con leche y tienen una crema de chocolate ...
... blanco por dentro). Se mancha un poco el jersey de crema del bombón, ya que se lo estaba comiendo sin decantárselo mucho de la ropa. Uffffff... Como me está poniendo. Verla tan modesta de cintura para arriba y de cintura para abajo tan seductora, con esas apetecibles braguitas negras y esas provocativas botas altas de cuero, plataforma y tacón... Comiéndose sensualmente los bombones que le he regalado... Mi cuerpo reacciona cada vez más. Siento como mi piel experimenta un calor febril, haciendo que se ruborice cada vez más y que sienta más sensibilidad, como mi estómago y mi vientre se contraen, como me tiemblan las extremidades, como se me eriza la piel, como se me endurecen los pechos y como se abre en canal esa dulce sensación de calor, tensión y humedad entre mis piernas.
Acto seguido, se vuelve hacia mí, sentándose de lado en la silla y con la caja de bombones encima de sus desnudos muslos, en actitud seductora.
–¿Quieres otro bombón, amor? –me pregunta, mientras me acaricia sensualmente la mano.
–Me apetece más un beso tuyo –le digo.
–Eso siempre lo tendrás, durante el resto de tus días.
Entonces, sin pensarlo un segundo más, me acaricia las mejillas y el cuello y me da un tierno y caliente beso.
Y nos damos este beso. Y otro... Y otro... Y otro... Cada vez más largos, intensos y profundos. Su grande y prominente mandíbula, con ligero progmatismo y la mía, delicada, ambas chocando con violenta pasión. Entre beso y beso, me levanto de su cama y me pongo ...