Atada a la cama
Fecha: 27/08/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Friskis, Fuente: TodoRelatos
Estás de pié y con los brazos en cruz, a tu lado hay una cama con cabecero y pie de forja.
Te ordeno que te desnudes, que solo te dejes las medias y los tacones. Obedeces.
Ato tus manos y pies a la cama, las manos al cabecero y los pies al pie. No puedes moverte. Quedas en forma de X.
Ato un pañuelo de raso negro alrededor de tus ojos, ahora no solo no puedes moverte si no que tampoco puedes ver, tus sentidos se agudizan.
Oyes como mi ropa va cayendo al suelo, sabes que estoy desnudo.
Sientes un frio intenso en tu canalillo, enseguida comprendes que estoy pasando un hielo por tus pechos.
Lo paso también por tus pezones, que se erizan inmediatamente por efecto del frio, pero inmediatamente después los chupo con mi boca, calentandolos, para volver a pasar el hielo, esos cambios repentinos de temperatura en tus pezones te estremecen y excitan, más incluso de lo que ya estabas.
Recorro todo tu cuerpo con mi lengua, empezando por tus pechos y bajando poco a poco, muy lentamente hacia tu pubis, empiezas a suspirar, poco a poco tus suspiros se van intensificando.
Me entretentgo en tu ombligo, doy vueltas con mi lengua a su alrededor, introduciendola, incluso dentro del mismo.
Sabes donde voy a llegar y quieres que sea ya, pero tienes prohibido hablar, así que con mucho esfuerzo permaneces callada, sabiendo que antes o después llegaré donde tu quieres que llegue.
Por fin llego a tu coño y lo lamo, lo lamo alternando velocidades, a veces lentamente otras ...
... más rápido, a veces incluso violentamente.
Tus suspiros se van convirtiendo poco a poco en gemidos, gemidos de placer.
Alterno mi lengua con mis dedos, los cuales se introducen dentro de ti, hasta el fondo, hasta muy al fondo.
El tiempo pasa y continuo dándote placer, el cual cada vez es más intenso.
Estás a punto de llegar al orgasmo, pero sabes que no puedes correrte sin mi permiso.
Continuo lamiémdote y dándote placer con mis dedos, variando entre lengua y dedos, alternando velocidades.
Te estremeces, no puedes más y me pides permiso para correrte. Te lo niego.
Me gusta verte llegando casi a la locura reteniendo tu orgasmo.
El placer continua, mis dedos entran y salen de tu coño, unas veces rápido, otras despacio, otras veces se dedican a masajear tu clitoris.
No puedes más y te corres entre sonoros gemidos.
Te pregunto si te has corrido.
Contestas que si.
Vuelvo a preguntarte si te había dado permiso.
Contestas que no.
Te desato de la cama y te quito el pañuelo de tus ojos, ordeno que te levantes. Obedeces.
Te pongo cara a la pared.
Con las palmas de las manos pegadas a la pared hago que tu cuerpo vaya bajando hasta quedar paralelo al suelo. Te ordeno que permanezcas en esa posicion.
Notas una caricia por tu espalda, te estremeces porque sabes lo que es y sabes como tienes que actuar.
La caricia llega a tu coño.
Hay un instante de calma antes de que el primero de los fustazos caiga sobre tu culo.
Lo cuentas y me ...