Una inesperada tarde de verano
Fecha: 07/09/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Fantasma Verde, Fuente: CuentoRelatos
Alejandra colgó el teléfono y lo puso en su regazo. La conversación con Any, su mejor amiga, se había concentrado una vez más en Raúl, y estaba excitada por lo que le había relatado en esta ocasión. tenían tiempo viéndose solo para tener sexo y estaba fascinada con el tamaño de su herramienta. Él era maestro de su facultad: un hombre mayor de cabello castaño y ojos verdes que la había cautivado desde que lo vio. No omitía ningún detalle cuando le contaba de sus sesiones amatorias, que en ocasionas eran bruscas y en lugares públicos; era la tercera vez que terminaba empapada escuchando la voz aguda de su amiga.
Al principio, Alejandra no tenía interés en él, pero al imaginar cada detalle que relataba su amiga, poco a poco fue sintiendo curiosidad, pues era imposible no imaginar sus cuerpos desnudos y sudorosos en algún hotel de paso o en la sala de la casa de Raúl, como había sido en esta ocasión. “Me sostuvo de la cintura tan fuerte que me dejó marcados los dedos, pero me cogió como nunca”, le dijo entre risas antes de colgar. Metió la mano en su pantaleta y se sorprendió por la humedad que emanaba de su vagina. Se recostó en la cama y se tocó despacio hasta correrse.
En alguna ocasión, había fantaseado con acostarse con su maestro de literatura, que para ella tenía un encanto especial que la hacía no dejar de mirarlo durante las lecciones. Solía sentarse en el primer asiento de la fila con el solo propósito de verle el bulto, que imaginaba sería de buen tamaño. Se ...
... vio a si misma arrodillada en el salón de clases vacío, con la blusa del instituto desabrochada y devorando su herramienta, mientras él le sostenía el cabello con una mano dirigiendo sus movimientos. El cansancio después del orgasmo le sobrevino y se quedó dormida.
El tema pronto quedó olvidado cuando dejaron de verse y aunque le seguía relatando de sus andanzas con parejas casuales, no se excitaba de la misma manera que lo hacía con los relatos de Raúl. Él era especial.
Meses después de aquella llamada se acercaba el fin de cursos, y era costumbre que la facultad hiciera una pequeña celebración para los estudiantes de primero. Any esperaba con ansias ese día por lo que invitó a Alejandra a un centro comercial para comprar un pequeño conjunto que tenía pensado estrenar ese día con su pareja de turno. Cerca del mediodía llegaron a la última boutique de su recorrido. Alejandra se tomó su tiempo revisando prenda tras prenda hasta que finalmente se metió al probador.
Any no encontró nada de su agrado y la esperó afuera de la tienda. Pasado un rato, escuchó la voz de su amiga afuera del probador y Alejandra se apresuró a vestirse. Al salir la vio platicando con un hombre mayor que le llamó la atención, y de inmediato lo reconoció por la descripción que le dio su amiga.
Raúl era más apuesto y alto de lo que había imaginado, y al igual que su amiga, no podía dejar de ver sus ojos de color aceituna. La saludó con un suave apretón de manos y un beso en la mejilla que la ...