Silvia - 4 - Relatos Eróticos

Silvia - 4

... atienda. Durante una temporada utilice un sujetador que le facilitara la enfermera, puede alternarlo con sujetadores deportivos, que le oprimirán un poco más los pechos en un principio, con el fin de que sus nuevos atributos durante un tiempo no estén saltando a cada paso que da, hasta que utd. Misma note de que se mueven con naturalidad, en la zona de glúteos, utilice una faja que le oprima bien, la grasa que se le injerto, es propia suya, no tendrá rechazo, pero necesitara que se acomode a su nuevo emplazamiento, le doy estos dilatadores, como ve son de distinto diámetro, comenzando por el más pequeño hasta el más grande, sirven para dilatar la vagina, lo que le evitara que las paredes de su vagina se peguen entre sí, y se dilaten poco a poco, para que en las penetraciones se dilaten lateralmente facilitando la penetración del pene, deberá cambiarlos cada cierto tiempo cuando note que le quedan pequeños, sustitúyalo por el siguiente en tamaño, las vaginas naturales no los necesitan se dilatan al ser penetradas apretando el pene haciendo con el como un masaje, con el tiempo como el material es natural y proviene de su pene no tendrá rechazo, con el tiempo, podrá oprimir el pene que tenga dentro como si estuviese ordeñando una ternera.

A la mañana siguiente entro en la habitación una enfermera, acompañada por otra chica, era la peluquera y maquilladora, que me enviaba la clínica para ayudarme a vestir, me peino, con una melena corta y me maquillo muy ligeramente y tras ...

... ello comenzaron a vestirme, no me pusieron ropa interior tenía unas bragas que me llegaban hasta la cintura, con ellas me sujetaban los apósitos que cubrían las zonas operadas, sobre esas bragas me pusieron una faja con apertura baja, para facilitarme en caso de que quisiese orinar no tenía que quitármela, únicamente desabrochar la apertura baja, tenía también pinzas para sujetar las medias, más adelante, cuando no necesitase faja, utilizaría ligueros, que son más sexis y tanga en conjunto con el sujetador, una falda de tubo, con el fin de que me ciñera a mi cadera y glúteos , un jersey, cuello cisne, me cubría el apósito de la extirpación de la nuez ceñido, hacía que mis pechos resaltasen produciendo una figura estilizada con curvas y yo misma me veía una mujer deseada por los hombres, me dieron un dossier con toda la documentación legalizada, con mi nuevo nombre y género (femenino), baje al hall con la enfermera y allí estaba Irene esperándome, en un principio no me reconoció, al darse cuenta se acercó y cogiéndome de las manos y dándome un beso en la mejilla me dijo.

- Cariño, estas maravillosa, estas guapísima, quien tu hubiese conocido no te reconocería, apenas podía hablar, pero aquellas palabras me llegaron muy adentro, yo era en aquel momento mi hermana no nacida, mi hermana que durante todos esos años estaba dentro de mí, física y mentalmente.

Me llevo a su casa, allí viviría hasta que me diesen el alta definitiva aprovechando para seguir con las lecciones de ser ...