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Laura, recién divorciada
Fecha: 01/10/2024, Categorías: Hetero Autor: Pablo Almeyda, Fuente: CuentoRelatos
... creo que estuviese preparado para lo que vieron mis ojos a continuación. Laura salió del baño lista. El pelo negro azabache suelto caía sobre sus hombros hacia sus espalda. Los pendientes de perlas cambiaron por dos argollas grandes, los ojos están maquillados con los parpados oscuros y las pestañas arqueadas. Sus labios colorado carmesí resaltaban. Una seda negra hacía las veces de collar, ajustada en el cuello. El corpiño negro de una malla muy fina trasparente dejaba ver los pezones de unas muy lindas tetas de mediano tamaño. Sus caderas eran anchas pero su vientre era plano y su ombligo tenía forma de almendra. La tanga, a juego con el corpiño también era transparente, dejaba ver una preciosa vulva depilada. Solo una coqueta franja de pelo iba desde vagina y ombligo. Alrededor de la cintura llevaba un portaligas y las ligas se unían a una medias también negras que llegaban has la parte superior de los muslos. Unos stilettos negros completaban el conjunto. Caminó contorneándose por el pasillo, posó su mano derecha sobre mi nuca y besó mi boca. Mientras me besaba y yo abrazaba su cintura su mano derecha buscó mi miembro y empezó a masturbarme. No estaba dispuesta a perder tiempo. Por un momento soltó mi pene y me quitó los calzoncillos. Se paro, volvió a besarme y me empujo hacia la cama. Yo caí sentado, con el pene erecto. Laura me acaricio la cara mientras me miraba a los ojos. Se agacho lentamente y quedó con mi boca a centímetros ...
... de mi pene. Mirándome a los ojos se metió mi verga en boca y comenzó a chuparla muy suavemente. Yo la filmaba con la cámara de mano. Veía su cabello, su cuello , la espalda cruzada por el corpiño y las nalgas paradas con la tanga y el porta ligas. Estaba tan excitado que tuve que tocar su mejilla y levantar su cara para que dejara de chupármela. Los dos nos paramos y empezamos a besarnos. Nuestras lenguas se buscaban profundo dentro del otro, como si quisiéramos conectarnos íntimamente a pesar de que nos habíamos visto por primera vez hace apenas unas horas. Tome su cintura y giramos en un extraño paso de tango . Ella quedo de espaldas a la cama. Me miraba profundo en los ojos y yo trataba de no desviar la mirada a la curva de su labio superior y a las paletas blancas que asomaban debajo blancas como perlas. La gire y en un solo movimiento la abracé y la apreté contra mi. Mi pene encontró sus nalgas y se acomodó plácidamente entre ellas. Mis manos acariciamos un vientre plano y subieron hasta unas tetas duras y del tamaño perfecto para mis manos. Se las acaricié, los pezones estaban duros. Aunque no sin tener que recurrir a mi fuerza de voluntad solté esa hermosas tetas por unos segundos para quitarle el corpiño. Que una vez quitado fue tirado quien sabe donde. Volví a masajear sus tetas ya desnudas y sentí la suavidad de su piel. Ella giro el cuello y mirándome a los ojos pregunto -¿Te gustan? Trate de pensar algo en ella que no me gustaba y no ...