Por fin solos
Fecha: 03/10/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Chuck no mas, Fuente: TodoRelatos
Cada año, mi mujer y yo celebramos nuestro aniversario de boda realizando alguna escapada romántica de fin de semana. Sin embargo, este año no conseguimos con quien dejar a los niños todo el fin de semana y nos tuvimos que contentar con dejarlos con los abuelos el viernes y recogerlos el sábado después de comer. Algo es algo.
Llevamos 10 años juntos y hemos formado una familia a la que le dedicamos la mayor parte del tiempo, dejando un poco de lado nuestra relación, junto con la monotonía y falta de tiempo, el sexo entre nosotros escasea bastante y cuando lo hacemos siempre hemos de ir con cuidado con los niños y no disfrutamos lo suficiente el uno del otro, por ese motivo cada vez que celebramos nuestro aniversario solemos montarnos nuestra "fiestecilla particular".
La comida fue en un buen restaurante de Madrid, la comida riquísima y mi mujer pidió maridaje, así que al llegar al postre ya estaba con un contento de los que mola disfrutar. Después del postre, se le antojó tomarse un pisco, su bebida favorita (y también la que más se le sube), pero viendo cómo podía terminar aquello le ofrecí irnos a casa a tomárnoslo.
Ya en casa preparé los cócteles y nos tiramos en el sofá. Yo empecé a meterle mano y pronto me abalancé sobre ella besándola lujuriosamente, con mucha lengua, mordiéndole el labio de abajo y estirando como a ella le pone y comiéndole el cuello. Ella se dejaba llevar, disfrutando con los besos y se iba encendiendo por momentos.
Llegado un punto, se ...
... sentó a horcajadas encima mío y empezó a comerme la boca como si no hubiera un mañana, quitándome la camiseta y recorriendo mi pecho con su boca y su lengua, hasta que llegó a la altura de mi cintura. Me quitó los pantalones y el boxer, me sentó en el sofá y comenzó a regalarme una mamada impresionante, mirándome a los ojos y metiéndosela muy despacio hasta el fondo como a mí me gusta.
Yo acompañaba su movimiento de cabeza con mis manos, ayudándola para que se la metiera entera en la boca y ella la babeaba entera, se la sacaba, me escupía en la polla mientras me miraba a los ojos y se la volvía a meter. No podía más, me estaba dando una mamada de campeonato, así que cuando la tenía entera metida en la boca, apreté fuerte para que le entrara también en la garganta. Qué delicia es notar cuando el capullo entra por la garganta y notar cómo lo aprieta. Aguantó así unos segundos y tuvo que sacársela para coger aire. Me miró con los hilillos de baba todavía colgando desde su boca a mi polla, cosa que me pone a mil verla así, y se la metió otra vez entera de golpe, aguantando la respiración todo lo que pudo hasta que le vino una arcada.
Tuve que decirle que parara porque si seguía así iba a terminar antes de follármela, así que le puse de pie y nos volvimos a besar con toda la lascivia del mundo. Ahora sus besos eran mucho más húmedos y sabían a sexo, cosa que a mi me excitaba muchísimo.
Le di la vuelta y empecé a comerle el cuello mientras la manoseaba de arriba abajo. Le ...