1. Retomando la relación con mi hermanastra


    Fecha: 08/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Manu F, Fuente: CuentoRelatos

    Tengo una hermanastra llamada María, ella es hija de la actual mujer de mi padre, de forma que entre ambos no hay ningún lazo de sangre, aunque sí muy buen rollo.
    
    Tiene un par de años más que yo, el pelo liso, negro, y un cuerpo que realmente nunca he podido ver bien, pero que me muero de ganas por hacerlo.
    
    Nosotros nunca hemos tenido una relación muy estrecha, a pesar del parentesco por la parte de nuestros padres siempre hemos hecho vidas separadas, sin embargo, ahora que somos adultos nos hemos dado cuenta de que realmente tenemos muchas cosas en común, y que lo pasamos bien juntos.
    
    Para ir estrechando esa relación un poco inexistente la invité hoy a mi casa, a tomar una birra o un café y charlar un rato.
    
    Estuvimos hablando sobre los trabajos, sobre nuestros compañeros de piso y nuestros ex, siendo de hecho una noticia muy agradable el enterarme de que ella ya no tenía pareja.
    
    Estuvimos hablando durante aproximadamente 1 hora, la calefacción (que había puesto a tope) empezó a surtir efecto, y dijo:
    
    - Estoy asada, voy a quitarme el jersey que me muero de calor.
    
    Y yo me hice el despistado, como si no fuera conmigo la cosa. Sin embargo, en el momento de quitárselo no le aparté los ojos de encima. Se lo sacó lentamente por la cabeza, dejando al descubierto un top transparente con una camiseta interior muy cortita debajo.
    
    Podía notar dónde estaban sus pezones, marcados sobre el negro de su camiseta, pero mirando con disimulo, porque no quería que ...
    ... ella se diera cuenta de que la estaba mirando, ya que no sabía que tenía ella en mente.
    
    Poco después de eso, y como quien no quiere la cosa, le pregunté que de dónde había venido ese rozón que tenía en el costado izquierdo, me dijo que haciendo ejercicio se había arrastrado por el suelo y se había quemado con un suelo de madera, una cosa superficial, pero que dolía lo suyo.
    
    Yo no pude por menos que hacerle una suave caricia en ese momento. Noté cómo se estremecía su piel, y me miraba con una sonrisa.
    
    Abrimos la siguiente cerveza, y como era ya costumbre brindamos y apoyamos en la mesa (porque el que no apoya no folla), esto mientras me miraba a los ojos y bajaba la mirada de forma aparentemente inocente.
    
    Yo estaba completamente despistado, porque no sabía si ella quería algo, o si realmente solo era amable conmigo, pero el que no arriesga no gana, de manera que decidí subir la apuesta, a lo que le dije:
    
    - Me encanta cómo huele el perfume que te has echado hoy. - Mientras me acercaba poco a poco a su cuello, oliendo realmente la mezcla de sudor, acondicionador y perfume que destilaba, y aposté todo lo que tenía en el momento, dándole un tímido beso en el cuello.
    
    Ella me miró sorprendida, y yo reaccioné echándome para atrás y retirando mi mano, pero rápidamente ella cogió mi mano y la apoyó sobre su pecho. Nos quedamos unos segundos así, respirando de forma agitada y sujetando suavemente su teta derecha, hasta que ella rompió el hielo y se inclinó para ...
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