Los Secretos de mi Vecina-Madre e hija compran...
Fecha: 11/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Zorro Blanco, Fuente: TodoRelatos
... anal y pasar a probarla en su ajustado ojal.
–¡Oh qué suave me entra mamá! –dijo la hija a una atónita madre que veía como el culito respingón de su hija sin bragas era penetrado por aquel pequeño consolador de plástico rosa.
–¡Oh hija! ¿Y eso no es una guarrada? –rio la madre–. ¿No lo entiendo hija, eres capaz de penetrarte por el culito con eso pero no por delante? –le preguntó la madre con curiosidad.
–Sí mamá, por delante me da miedo de que duela –le confesó Natalia.
–Vamos hija eso es sólo un pequeño pinchacito, luego se te pasa en seguida y viene el gustito –dijo la voz de la experiencia.
–¿Tú crees? –preguntó la hija sin negarse inicialmente.
–¡Claro hija, la primera vez se sufre un poco pero eso luego se agradece cuando ya puedes probar con total libertad! ¿Quieres que te ayude?
–¡Oh no mamá, qué vergüenza! –dijo una azorada hija.
Natalia limpió el pequeño consolador rosa y se dispuso a frotarse su sexo con la vibración puesta mientras Mariana la observaba.
–Me da un poco de vergüenza hacer esto delante de ti mamá –le confesó la hija.
–Vamos niña, te he visto nacer aunque admito que no te había visto desnuda en mucho tiempo y es grato ver que te has convertido en toda una mujercita –dijo la madre sonriéndole.
El vibrador hacía muchas cosquillas a Natalia, quien lo paseaba de arriba a abajo por su rajita lubricada, especialmente en su clítoris apenas podía mantenerlo un segundo pues se excitaba mucho.
–Tal vez para metértelo sea ...
... mejor sin la vibración –le aconsejó la madre.
–¡Vale! –dijo Natalia desconectándolo.
Entonces volvió a intentarlo pero era como si una fuerza invisible impidiera que su mano lo metiese más allá del primer centímetro de su punta.
–¡No puedo mamá, me bloqueo! –dijo finalmente Natalia.
–Tranquila anda déjame a mi –dijo la madre arrebatándole el consolador de la mano sin esperar permiso.
–¡Pero mamá, qué vergüenza! –repitió una vez más la hija virgen.
–¡Tranquila, yo te ayudaré y luego me lo agradecerás! –dijo la madre insistiendo.
Mariana tomó la pequeña polla de plástico y la paseó por el sexo de su hija.
–Tú relájate y mírame a los ojos, no prestes tanta atención a lo que ocurre ahí a abajo. Levanta una pierna para que quedes un poco más abierta –le pidió.
Natalia obedeció, puso una pierna sobre el váter y así su sexo quedó expuesto y abierto. Entonces la madre siguió moviendo el consolador en la entrada del sexo de la hija.
–Se siente rico ahí en la entrada, ¿verdad?
–Si, muy rico –dijo Natalia mordiéndose el labio.
Sin previo aviso la madre introdujo la punta y comenzó a follarla suavemente pero sólo introduciendo apenas uno o dos centímetros.
–Esto se siente agradable también, ¿no?
–Sí, pero a partir de ahí ya creo que me duele –dijo la hija abrazándose a su madre.
Entonces esta pasó a poner sus manos bajo su culo y usó el consolador desde atrás mientras la hija estaba abrazada a ella.
–Ahora lo meteré por detrás, justo bajo tu ...