Un amante a sorpresa.
Fecha: 12/10/2024,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30
Son recuerdos tan bellos que jamás olvidaré, casi me parece que hubiese sido solo ayer, sin embargo, han pasado casi diez años. Tenía poco más de veinte años y vivía en forma independiente. Trabajaba para la Favet (Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, U. de Chile), las casas eran escasas por el sector, pero gracias a mi trabajo conocí al dueño de una casa patronal antigua en medio de unas parcelas. Logramos un acuerdo en el alquiler y me fui a vivir allí en medio de la nada. Con el tiempo fui adaptando la casa a mis gustos y necesidades. Tenía un hermoso jardín con muchos arboles frutales. A mis amistades les encantaba visitarme en verano para disfrutar del entorno rural fresco y pacifico.
De ves en cuando también recibía la visita de mis padres, los cuales venían acompañados de Rocky, el perro de la familia. Por eso no me extraño el día que llegaron con el animal, diciendo que se iban de vacaciones a Europa por cerca de dos meses y me pedían de hacerme cargo de Rocky por ese tiempo. Era un perro educado y agradable, pensé que podría tenerlo en las enormes extensiones de terreno de la propiedad, donde podíamos retozar y caminar juntos.
Rocky tenía solo una mala cualidad. Era un maldito entrometido y olfateador. No tengo idea de donde y en qué momento adquirió esa molestosa aptitud, pero me daba vergüenza cuando enfilaba su nariz en el entrepierna de alguna de mis amigas y estas daban gritos y saltos tratando de alejarlo. Todas odiábamos este cochambroso ...
... comportamiento suyo. Todas pensábamos que él delataba a la chica que estaba con su periodo y esto era absolutamente embarazoso. Ciertamente para mí eso no era ningún problema ya que raras veces recibía visitas, normalmente me reunía con mis amigas en la cafetería de la universidad.
Era verano, el día era particularmente caluroso; me había decidido a ordenar el jardín de flores y desmalezar el terreno. Por costumbre no uso bragas cuando estoy en casa, tampoco sujetador. Estaba de rodillas quitando las malas hierbas de los alrededores de las flores cuando sentí la nariz fría y húmeda de Rocky contra mis nalgas. Era muy tierno y juguetón así que no me sorprendió, él hacía siempre lo mismo con todas, no le di mayor importancia y lo dejé que me olisqueara, no me molestaba y pensé que pronto se iría a olfatear el terreno y los árboles como solía hacer. Pero hoy se mostraba inusitadamente persistente y siguió acercándose, tocándome y lamiendo mis muslos y glúteos, quizás porque estaba en mis días fértiles.
Sentí su áspera y larga lengua entre mis piernas. Me estremecí y me invadió una ligera sensación, que nunca antes había experimentado. Dejé de desyerbar y esperé expectante que cosa pretendía Rocky. Su larga lengua a veces se metía bajo la tela de mis pantaloncitos y rozaba los labios de mi coño y volví a sentir esa cosa deleitable que me procuraba un cosquilleo entre mi labia vaginal que me subyugaba y me estaba excitando sobre manera. Mi vagina comenzó a contraerse ...