1. Un amante a sorpresa.


    Fecha: 12/10/2024, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... placenteramente, los músculos de mis muslos se tensaron en forma espontanea y empujé mi panocha contra esa lengua intrusiva. Reaccioné y me dije que esto había ido demasiado lejos. Me enojé y alejé a empujones a Rocky. Pero Rocky no se dio por vencido y lengüeteó más rápido sobre mis inflamados labios vaginales, espontáneamente mi cuerpo empujó lujuriosamente contra esa lengua invasora, se sentía fantástico. Jamás nadie me había lamido de ese modo tan agradable e intenso. Mi panocha se humedeció completamente y mi cuerpo empujó lascivamente contra la lengua de Rocky que lengüeteaba mi ingle bebiendo mis jugos sabrosos y abundantes. Mi cabeza era un torbellino de pensamientos contradictorios, pero mi excitación era tan fuerte que muy luego dejé de pensar y me entregué a las sensaciones de mi cuerpo. Mientras más lamía, más mojado se ponía mi coño. Dejé a Rocky la iniciativa y le permití que enfilara su nariz entre mis nalgas y mis piernas. Pensé, ¿qué podría pasarme?, de seguro si continuaba así iba a hacer que me corriera, era casi una semana que no tenía un orgasmo. Me relajé y me quedé de rodillas apoyando mi cuerpo en mis codos y levantando mi trasero para que las lamidas llegaran directamente sobre mi panocha y mi culo. Estaba ya demasiado caliente, abrí más mis rodillas y él me lamió desde mi clítoris hasta mi ojete anal. Eso se sintió increíble y excitante. Los arbustos y las flores me mantenían escondida de la vista de extraños, además, nadie podía acercarse porque ...
    ... estaba sola, levanté mi remera y dejé mis tetas ser acariciadas por el césped, mis pezones estaban extraordinariamente duros. De seguro mi coño chorreaba fluidos, porque la lengua de Rocky parecía incansable y él se bebía toda mi lujuria líquida. Nunca había sentido algo tan intenso en mi corta vida.
    
    Repentinamente él dejó de lamer y lo sentí pasear de un lado a otro detrás de mí por sobre mis piernas, después salto sobre mí ágilmente, sus patas rodearon mi cintura con fuerza y sentí que me jalaba hacia atrás. Mi cuerpo estaba ansioso de sexo y esa sensación enérgica de posesión me agradó y abrí más mis rodillas. Una cosa puntiaguda y dura comenzó a golpear mis muslos y mis nalgas. Rocky me tenía sujeta como a una perra, ¡Oh, Dios! ¡Quiere follarme! ¡Quiere hacerme su perra!
    
    Pienso que para él no había nada más natural que después de lamer un coño, debía follarlo. Sus patas atenazaron con mayor fuerza mis caderas. Me di cuenta de que aún llevaba mis shorts deportivos. No sabía si quitármelos o no. Era el último obstáculo para evitar que él alcanzara mi coño. Pero todos esos pensamientos fueron superados por Rocky y sucedió lo que tenía que suceder.
    
    De repente sentí su puntiaguda polla deslizarse por la pernera de mis holgados pantaloncitos, se metió entre mis muslos a centímetros de mi chocho. Incansablemente él siguió tironeándome y empujando hasta presionar los labios de mi conchita empapada. Mí clítoris parecía querer reventarse, por entre mis piernas vislumbre su ...
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