Fiesta de disfraces para niños traviesos IV - Relatos Eróticos

Fiesta de disfraces para niños traviesos IV

... sonreí sintiendo mi cuerpo vibrar de emoción.

«¡Claro! ¿Cómo llegó?» Cuestione con la voz exaltada, me tapé la boca al notar que hablaba muy alto.

«Yo iré por ti, dame una hora» con esa frase el hombre cortó, salté alrededor de mi cuarto feliz antes de soltar un suspiro de alivio.

«¡Realmente podré tener sexo con uno de ellos! «Pensé ilusionado dejando el teléfono en la cama, luego observe mi cuerpo, aún no me había bañado y tenía la ropa sudorosa.

Rápido me quité todo lo que vestía corriendo desnudo hacia el baño, papá y Nicolá se estaban besando acostados en la tina de la ducha, el cuerpo musculoso del adulto abrazaba la figura tierna del menor, el contraste hizo que mi pene se levantará.

«Veo que decidiste unirte» se carcajeó mi padre, asentí entrando con ellos, contemplé a mi progenitor antes de fusionar mis belfos con los suyos, el guió el movimiento del beso trasmitiendo su calor en cada gesto, su lengua hurgó en mi boca compartiendo su saliva conmigo, gemí por el gesto viendo como me soltaba, luego agarró el rostro de mi amigo repitiendo el proceso.

Ambos se apretaron con fuerza tratando de dominar el beso, con una leve mordida en el labio, el adulto ganó forzando al menor a gemir, cuando terminaron me acerqué a Nicolá, él asintió juntando sus labios con los míos.

Nuestros belfos se acariciaron mientras nuestras lenguas se abrazaban, la saliva lubricaba nuestros labios mientras gemidos agudos salían de nosotros al respirar, dos manos callosas ...

... acariciaban nuestros cuerpos con cariño.

Al separarnos notamos una verga recta apuntando hacía nosotros, nos dimos la vuelta empezando a masturbar y chupar aquella hombría, nuestros agujeros quedaron a merced de mi padre quien empezó a jugar con ellos.

Metí el glande a mi boca mientras Nicolá apretaba sus labios en el tronco venudo, nuestra saliva lubricó la piel dura hasta convertirla en un pedazo de carne humeda, hambrientos chupamos con gula aquella verga hermosa disfrutando de su sabor salado, presemen goteaba cada cierto tiempo dejándonos un gusto dulce en el paladar.

Dos dedos fueron introducidos en cada ano follandolos, mi amigo y yo soltamos un gemido mientras nuestros ojos se tornaron vidriosos, observamos a mi progenitor quien disfrutaba de tener dos culos tiernos a su merced, su verga palpito mientras seguía moviendo sus dedos en nuestro interior.

Respiramos el calor que emanaba de su cuerpo musculoso mientras nos ahogabamos con su verga.

Disfrutando de las sensaciones, papá encendió la regadera mojando nuestros cuerpos, soltamos un suspiro de alivio sintiendo el contraste de calor y frío.

Apretando nuestras pequeñas manos en su verga dura, cerramos nuestros párpados complacidos con aquellos dedos gruesos y expertos follando con fuerza.

Mi padre se movió ayudándonos a levantarnos con él.

De pie, observamos maravillados como el agua se escurría de sus hombros oblicuos, acariciando los pectorales hinchados hasta gotear en sus pezones marrones, su ...