1. Mi novia calza un buen rabo


    Fecha: 15/10/2024, Categorías: Transexuales Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos

    La Cartuja es una cafetería con mucho pedigrí y glamour. De esas que tienen como hilo musical a los grandes del Jazz.
    
    Luis acude todas las mañanas a tomarse su café y su zumo natural de naranja mientras hojea las páginas de la prensa del día.
    
    Es un hombre de mediana edad y de costumbres fijas. Ni su reciente divorcio ha conseguido que abandonara su rutina diaria.
    
    A dos mesas de distancia se encuentra una chica de unos treinta y pocos años, de melena morena ondulada, con las facciones más propias de una diosa como Venus, Cibeles o Atenea. Un cuerpo bien modelado y que daba a intuir una altura alrededor de 1,78 m, aunque también es verdad que llevaba unos tacones de 8 cm.
    
    Vestía con gran elegancia un vestido ajustado haciéndole una silueta de sirena.
    
    Se la veía culta, pues en su mesa tenía un ejemplar de Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.
    
    Mientras desayunaba observaba las noticias que emitía la televisión.
    
    Ellos dos se cruzaron las miradas en varias ocasiones. Luis le obsequió con un cordial saludo acompañado de una sonrisa. Saludo y sonrisa correspondidos por ella.
    
    Él sacó coraje de debajo de las piedras y levantándose, se dirigió hacia ella.
    
    –Buenos días. Veo que tiene buen gusto literario –dijo Luis señalando al libro.
    
    –Gracias. Jane Austen, junto a Virginia Woolf y Mary Shelley son mis tres autoras preferidas. Siéntese en mi mesa si no tiene inconveniente. Con una buena conversación el desayuno se hace más ameno.
    
    Luis a medida que ...
    ... transcurría la conversación iba quedando más embelesado de Jennifer, que así se llamaba la chica.
    
    Hablaban de literatura, política, filosofía, deporte, Historia, astrofísica, en fin, de un montón de temas. Él se quedaba pasmado de ella. ¡Qué agradable su compañía! ¡Y con qué voz dulce y melosa hablaba!
    
    –¿Te apetece ir al teatro este sábado? –le preguntó Luis.
    
    –Me encantaría. Pero debo informarte de una cosa. Porque no quiero numeritos desagradables después. Yo soy una chica trans.
    
    Luis se quedó un poco descolocado. Pero Jennifer era tan hermosa, con un rostro angelical tan sublime, que enseguida superó cualquier duda que pudiera surgirle. Pero se preguntaba para sus adentros, si era una chica trans con vagina o con pene.
    
    No se atrevía a exponérselo, por miedo a meter la pata y echar todo por tierra. Pero se le reflejó tanto en la cara que Jennifer se dio cuenta y con una sonrisa cómplice, lo sacó del atolladero diciéndole:
    
    –Soy una chica trans y mantengo mi pene. Entiendo que quieras una buena amistad conmigo, pero nada más.
    
    –Te equivocas Jennifer. Si quisieras ser mi novia, formalizar una relación estable conmigo, me harías la persona más feliz del mundo –le atajó Luis.
    
    Él era consciente de que el “mercado” estaba muy mal. Abundan las chonis con serrín en la cabeza por su barriada. La convivencia con chicas cis tampoco era una balsa de aceite. Jennifer era toda una hembra de la cabeza a los pies, de físico y de mente. A Luis lo tenía hipnotizado con su ...
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