1. Me encanta vestirme de mujer


    Fecha: 16/10/2024, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... figura. A pesar de la edad, ya que era un hombre mayor, se veía elegante y atractivo. Me saludo tomándome de la cintura y dándome un cálido beso en la mejilla. Yo ya estaba que ardía, así que trataba de disimular lo más que podía.
    
    Nos sentamos sobre la cama y me empezó a besar el cuello y a acariciarme las piernas y las nalgas. Yo me sorprendí cuando instintivamente le empecé a frotar el pene sobre el pantalón. Yo estaba ya a punto de explotar. Al poco, el hombre se levantó, se bajó el cierre, se la saco y me la dio a chupar.
    
    Yo como puta hambrienta, para nada me hice del rogar, enseguida se la tomé con las dos manos y se la empecé a chupar de lo más rico. Enseguida note como se le paro y se le puso de lo más dura. Me sentí como una verdadera puta atendiendo a mi macho.
    
    Al poco, me hizo subirme a la cama, de rodillas, en posición de perrrita y lubricándome, me la empezó a meter poco a poco. Yo bufaba de lo caliente que ya me encontraba. Apenas me había entrado la cabeza, cuando sorprendentemente y sin pensarlo, le empecé a mover el culo como una verdadera puta callejera.
    
    Eso a él lo puso a mil, al parecer no se esperaba tal recibimiento. Me tomo de las caderas jalándome hacia el al tiempo que arremetía contra mi metiéndomela toditita hasta el fondo. Entonces se empezó a mover frenéticamente hasta que los dos nos venimos casi al mismo tiempo en tremendos orgasmos. Fue algo de locura. Un hombre me había metido la verga vestida como mujer por vez primera y había sido ...
    ... algo súper excitante, de lo más cachondo.
    
    Paso el tiempo y para mi hacer eso se estaba convirtiendo en lo más habitual. Empezaba a tener dos o tres citas por semana. Ya me había comprado mi propia ropa. Ansiaba poderme independizar y poner mi propio departamento para recibir ahí a mis clientes sin tanta preocupación.
    
    Cada día me sentía más y más puta y cada vez me comportaba de lo más coqueta y fácil con mis hombres. Me enloquecía chuparles la verga y que me tiraran toda la leche en el culo. Eso me súper excitaba, me hacía sentir de lo más puta. Y cada vez me importaba menos. Aprendí a maquillarme y prácticamente así nadie me reconocería. Eso lo pude comprobar al poco tiempo.
    
    En una ocasión me contrataron para atender a tres hombres al mismo tiempo, así que yo enloquecí de lujuria. No veía la hora de que llegara el día de la cita. Me llamo mucho la atención, que el hombre que me contrato, me dijo que le habían dicho que yo era súper recomendable. Me sorprendió bastante además que me excito mucho saber eso.
    
    Finalmente, llego el día de la cita. Yo estaba de lo más emocionada. Pero al abrir la puerta, casi me desmayo de la sorpresa, al ver entrar a esos hombres. Uno era mi papa, el otro mi suegro y un vecino al que yo le había echado el ojo, pero nunca me había atrevido a insinuarme. Disimuladamente, enseguida puse la habitación a media luz y una música de lo más cachonda y en todo momento trataba de ocultar el rostro con la peluca.
    
    Estuvimos bailando los cuatro. ...