Soy novata 8 - Relatos Eróticos

Soy novata 8

... incultura total, se quedó preñada. Tuvo que abortar en Barcelona. Eso fue lo que me concienció a usar siempre condones. Y a ella, a partir de entonces, claro.

-Y ahora nos vemos en pelotas, en una mansión, con mi novio agotado de tanto folleteo y tú salida como una perra. Bueno…yo también un poquito, pero mañana por la mañana me lo arreglan.

-Pues esa polla negra es una maravilla, hija.

-¿Te imaginas mamá, metiéndote una polla así de verdad?

-Mmmmmm siiiiii…pero los tíos no llevan el tamaño del rabo escrito en la frente. Además, creo que con las embestidas que me di, se me movió el diu. Pero eso sí, en el culo me la clavé hasta el fondo.

-Qué bestia eres mamá. Estabas necesitada de verdad.

-Estaba no…¡estoy!

Y nos reímos por lo bajini, por no despertar a Jordi.

-Espera, viciosa…

Y me fui dentro de la casa, abrí la bolsa de viaje, sacando el dildo doble.

-Mira, aquí tienes esto, para que te entretengas.

-¡Walaaaaa! ¡Dos pollas a la vez! ¿Qué tal se siente, hija?

-Pues si te digo la verdad, no lo he probado.

-¿Me dejas?

Y se sentó en el borde de la hamaca, por un lateral. Bueno…sentada no estaba. Tenía el culo apoyado.

Con la toalla echada por encima, se enchufó el juguete.

-¿Qué haces mamá?

-¡Ostias hija, que bueno es esto!

-Joder mamá…¿Te lo clavaste?

-Hasta el fondo, hija. Bufffff que bueno.

-Caray, me da apuro verte aquí, masturbándote delante de mí.

-Bah hija, me he refollado a tu novio y se la he ...

... mamado…

-Ya, también es verdad.

-¿Me acompañas? Ve a mi cuarto, pilla el pollón negro y métetelo. Y nos corremos juntas.

-Espera…

Y me fui a su cuarto. La polla negra estaba sobre la cama, pero el arnés seguía en su caja. Me lo coloqué, bien firme y salí a la piscina, amenazando con mi ariete negro bien lubricado.

Allí la vi sobre su hamaca. Estaba de cuatro patas, introduciendo el juguete despacito, disfrutando del momento.

Me acerqué sigilosa, le saqué el juguete y puse mis manos en sus nalgas.

-Shhhhhhh, no te gires.

Le apoyé la punta negra, brillante por el lube, en el ojete.

Y empujé.

Y ese culo empezó a tragarse la polla negra. En cuanto tuvo la mitad dentro, empecé a bombear, sacando y metiendo. Me sentía poderosa. Empecé a soltarle manotazos en el culo y a clavarla más adentro.

-¡Qué polla, hija, qué polla!

Y seguí empujando y palmeando el culo a mi madre. Lo tenía rojo.

Me hinché de valor, la agarré bien y empujé fuerte, clavándosela toda.

Mientras tanto, ella se corría como una loca, frotando su clítoris y dejándolo todo mojado.

Me agaché, me apoyé sobre su espalda y le toqué las tetas.

-¿Me salgo, putita?

-No, no, sigue dándome, pero así, tocándome las tetas. ¡Qué gustoooo!

-Espera, voy a hacer algo mejor…y pulsé el botón de vibración y le di a media potencia.

-Ahhhhhhh, me vibra todo el cuerpoooooo diossssss.

-Siiiiiii, yo lo noto en el clítoris. Joooooder.

Dejé de tocarle las tetas, no podía estar en ...