1. En el bingo y luego en la plaza


    Fecha: 23/10/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Rosa Apasionada, Fuente: CuentoRelatos

    Es un hábito mío y de mi padre ir al bingo un fin de semana, lo hacemos para divertirnos un poco, a veces ganamos o perdemos según como estén las máquinas en ese momento.
    
    Esa noche de sábado mi padre no había ido conmigo y fue ahí donde viví una experiencia inolvidable.
    
    Decidí ir al bingo para entretenerme un rato, cuando ingrese fui a la sala de fumadores porque ahí estaba la máquina que a mí me gustaba y en la cual solía ganar.
    
    Las sillas de las máquinas en los bingos suelen estar bastante juntas solo se separan por centímetros.
    
    Al lado mío en la izquierda estaba sentado un hombre que no había visto antes, aparentaba unos cincuenta años, pero era muy atractivo, me fije en su barba rubia, en sus ojos verdes y en sus labios bien formados.
    
    Me incliné con mi trasero en esa dirección mostrando una actitud muy provocativa hacia él, me demoré en ingresar el billete a la máquina con toda la intención del mundo.
    
    Segundos después sentí una mano en mi culo que me acariciaba muy suavemente, miré hacia el costado y el hombre atractivo me estaba acariciando mientras mantenía su vista fija en mi trasero que estaba muy apretado dentro de mi jean color gris nevado.
    
    Me hubiese encantado que me bajara el pantalón y me chupara el trasero ahí mismo o que me diera bien duro estando apoyada contra la máquina, pero yo ya sabía que eso no era posible.
    
    Luego sentí unas cálidas manos deslizándose hacia la altura de mi abdomen hasta llegar a mis senos, me los tomo y masajeo ...
    ... suavemente por encima de mi corto top, cuando por fin pude meter el billete el hombre retiro sus manos de mi.
    
    Agarré la silla y la puse bien al lado de él, ahora no estábamos separados ni por centímetros.
    
    Hice esto porque quería que siguiera tocándome, empecé a hacer mis primeros movimientos con la máquina por noventa pesos el tiro y sentí su mano en mis muslos, separe mis piernas y se encontró con la zona de mi caliente vulva, baje el cierre de mi pantalón y él con disimulo metió su mano debajo de mi jean encontrándose con mi vagina desnuda, ya que yo esa noche no llevaba tanga puesta.
    
    El hecho de que no llevara ninguna tanga lo excito mucho porque me abrió mi clítoris y con dos de sus dedos empezó a frotar alrededor antes de penetrarme con ellos y hacerme dar un salto de placer hacia adelante cuando esos dedos se hundieron en mi interior.
    
    Empecé a hacer suaves movimientos estando en mi asiento mientras él continuaba masturbándome sin apartar sus bellos ojos de la pantalla, luego de unos minutos saco sus dedos dentro de mí, se los paso por sus labios y se lambió.
    
    Antes de retirarse me dijo suavemente en el oído:-Preciosa, cuando termines estaré esperándote en la plaza, voy a estar en el rincón más oscuro, pero estará lo bastante iluminado para que pueda observar tu bonito cuerpo- agarro uno de mis senos para apretarlo, se inclinó hacia mí y nos dimos un profundo beso en la boca como si fuésemos pareja y luego se retiró con una gran sonrisa.
    
    Llegue a ganar ...
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