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El piso (II: La mejor amiga de una mujer...)
Fecha: 23/03/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
La obsesión de Jorge era poder follarse a sus dos compañeras de piso al mismo tiempo. Iba a ser difícil, pero tendría que elaborar una estrategia para conseguirlo. Por ello todas las noches iba al cuarto de ellas y se tumbaba en la cama para charlar un rato tratando de que los temas de conversación siempre versaran sobre sexo. Por supuesto él sabía que a esas horas sus compañeras estaban a punto de acostarse y por lo tanto o bien estaban en pijama o simplemente en ropa interior, cosa que no importaba pues entre ellos las barreras típicas de la vergüenza ya se habían superado con el tiempo. En muchas ocasiones Jorge se había preguntado si Nuria y Esther hablarían entre ellas de sus vidas privadas y si se habrían contado sus aventuras con él. El hecho de no saberlo también le añadía morbo a la situación y eso le hacía sentirse aún más excitado cuando estaba en la habitación con ellas. Como todas las noches Jorge había esperado a la hora clave en la que sus compañeras estarían ya en la cama para ir a verlas. Al entrar las vio a las dos charlando animadamente y riendose a carcajadas. Estaban las dos en ropa interior y tan solo se tapaban con una simple camiseta. El, por supuesto, solo llevaba puestos sus slips puesto que esa noche estaba dispuesto a terminar lo que había empezado hacía casi un mes. Se tumbó en la cama de Nuria y las vio sonreír: -¿Qué os hace tanta gracia? - Nada- respondió Nuria - solo hablábamos de lo tontos que os ponéis los chicos cuando queréis algo de ...
... una mujer. - Eso no es cierto. - Ya lo creo que sí - replicó Esther - no hay más que verte a ti. - ¿creéis que yo quiero algo? -¡Sí!, ¡Quieres sexo!- gritó Nuria al tiempo que las dos se lanzaban sobre él. Jorge vio como ellas se le echaban encima y no pudo hacer nada, tampoco deseaba impedirlo. Esther se sentó sobre su estómago y le besó metiendo su lengua en el interior de la boca como si quisiera encontrar algo, pero lo que más le turbó fue notar como Nuria bajaba sus slips para liberar su polla. Pudo sentir como los labios de Nuria rodeaban su pene que ya se había endurecido, y como la lengua húmeda lo recorría todo a lo largo. Jorge estaba en la gloria, pensaba que ya había llegado el momento, lo había conseguido, con su mano intentó alcanzar el trasero de Nuria para acariciarlo, pero Esther le apartó el brazo de un empujón. De repente como si de una pesadilla se tratara las dos se levantaron al unísono y comenzaron a golpearle con las almohadas: - Fuera de aquí, salido... - Vamos, que somos demasiado para ti, ¡fuera!.. Gritaban riéndose mientras lo echaban del dormitorio. Jorge se sintió ofendido y se marchó realmente enfadado pero muy caliente y con deseos de volver a repetir el intento. Durante un rato en la habitación de las chicas pudo oír risas que dieron paso a jadeos entrecortados. Jorge pensó que lo hacían para reírse de él y salió de su cuarto enfadado y dispuesto a poner los puntos sobre las íes. Cuando llegó a la altura de la habitación pudo ver que la puerta ...