El piso (II: La mejor amiga de una mujer...)
Fecha: 23/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... aparato de los dientes y le hizo un nuevo peinado. Posteriormente le ofreció un vestido suyo de forma que al desnudarse Nuria pudo verla en ropa interior, fue en ese momento cuando sintió que su amiga era algo más, algo que la atraía irremediablemente. Al intentar ayudarla para vestirse rozó su piel y tocó la tela de sus braguitas. A partir de ese momento todo fue como un sueño estaban tan cerca que podían sentir sus alientos, se quedaron mirándose si decir nada. Sólo reaccionó después de un rato de éxtasis Nuria, besando levemente casi como un roce los labios de su amiga y quitándose sus vaqueros quedando también en ropa interior. Esther acarició con su mano la entrepierna de Nuria que notó húmeda y entonces el beso se hizo más profundo, más fuerte, sus lenguas se juntaron en el interior y jugaron. Se comieron mutuamente, hicieron el amor por primera vez con otra mujer y acabaron agotadas en la cama completamente desnudas Mantuvieron relaciones durante todo el último curso antes de ir a la universidad, aunque nunca renunciaron a ir con chicos, después de todo no eran lesbianas. Sus sentimientos eran difíciles de explicar, juntas eran como un volcán y disfrutaban del sexo como nunca lo harían con un hombre, para ellas estaba claro que la que mejor conocía los gustos de una mujer era otra mujer y por ello juntas descubrían y disfrutaban de todos los placeres que sus cuerpos les podían dar. Sin embargo, no debía saberse que mantenían relaciones, eso ...
... habría sido tremendo para ellas, quién sabe que hubiera pasado si su grupo de amigos o quizás sus padres se hubieran enterado. Por este motivo decidieron mantener en secreto, en un estricto y profundo secreto todas sus relaciones y hasta ahora lo habían conseguido. El dejar abierta la puerta no había sido un error, ellas sabían lo que Jorge buscaba, pero no iban a dárselo tan fácilmente. Nuria deseaba calentarlo hasta que ya no pudiera más y para ello nada mejor que ver a sus dos instrumentos de placer más deseados, disfrutando juntos. Cuando lo creyeran conveniente le permitirían entrar en el juego. En los días siguientes Jorge siguió manteniendo relaciones esporádicas con cada una de ellas por separado, mientras que ellas por las noches seguían amándose con la puerta entreabierta. Jorge en más de una ocasión sintió el deseo de entrar en el cuarto y unirse a ellas, pero su sentido común le decía que no era conveniente. Si entraba tal vez lo echarían como hacía unos días pero no en broma, y todas sus posibilidades de hacerlo con ellas se esfumarían. Por otro lado cuando estaba a solas con alguna de ellas prefería no sacar el tema por miedo a que le dijeran que era un mirón. Por eso decidió hacer como que no sabía nada aunque eso por dentro le hacía hervir la sangre. Todas las noches que ellas mantenían relaciones él acababa haciéndose una paja bestial viéndolas. La situación no podía seguir así, Jorge no aguantaba más, así que decidió dar un primer paso...