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Entrega total (capitulo 6)
Fecha: 23/03/2018, Categorías: Dominación BDSM Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos
Marta de había quedado dormida en los brazos de Paco. Abrió los ojos crispada por un inminente orgasmo y es que este la estaba estimulando el clítoris con un vibrador. Instintivamente se llevó la mano al chocho y recordó que lo tenía cosido por los imperdibles y eso provoco que se acelerara el proceso: su cuerpo se contrajo y chilló mientras Paco la miraba el rostro tumefacto fruto de las muchas bofetadas que había recibido. La tiró al suelo y agarrándola fuerte del pelo la arrastró por la moqueta hasta el centro de la habitación. La soltó las manos que tenía sujetas a la espalda y las unió por delante. Bajo el cabestrante y después de pasar las manos por el gancho la elevo hasta que sus pies quedaron en el aire. Conectó el ohmibob que seguía en el Interior de la cerrada vagina y rápidamente empezó a gemir. Después, blandió un látigo largo y empezó a hacerlo retañar con chasquidos secos. Se puso frente a ella y después de ajustar la distancia comenzó a flagelarla con fuerza. El látigo se envolvía en el cuerpo de Marta provocándola un dolor insoportable. Su cuerpo se retorcía con los impactos pero hacía tiempo que sus gritos no se oían a causa de la ronquera. Después de, al menos, tres docenas de latigazos, empezó a llorar desconsolada, tanto, que a Paco se le encogió el corazón. Decidió parar: fue blando. Cogió una botella de ginebra y dio un par de tragos. Se llenó la boca y lo pulverizo en el cuerpo de Marta que se retorció de dolor. Repitió la operación varias veces ...
... mientras con la mano esparcía el líquido. También la paso por la vagina donde los afilados imperdibles seguían custodiando la entraba. Cuando dejo de retorcerse la paso el brazo por la cintura y con unas pinzas finas dejo el clítoris al descubierto. Cogió un vibrador y se lo aplico directamente en él y al ver su reacción se dio cuenta de que el placer empezaba a desaparecer. Un vibrador en el clítoris y el ohmibob en la vagina, y ambos funcionando a tope, y Marta no reaccionaba. Decidió saltarse algunos de los tormentos que tenía previsto e ir directamente al que le llamaba más la atención y que estaba deseoso de poner en práctica. Miro el reloj y se quedó sorprendido: eran casi las cuatro de la tarde y no había comido. La dejo colgada, como estaba, y subió a la cocina a picar algo. Cuando bajo otra vez la encontró adormilada. Acaricio su cuerpo tumefacto arrancando leves gruñidos de dolor en Marta que seguía como en trance. Con el cabestrante la llevo hasta una mesa de madera y la bajó quedando tumbada bocarriba. Cualquier movimiento que la obligaba a realizar era un tormento para ella. La separo las piernas inmovilizándolas con correas y lo mismo hizo con las manos a los lados de la mesa. Se mojó las manos en alcohol y fue quitando los imperdibles del chocho, y finalmente la extrajo el ohmibob. Le estaba costando trabajo ser un hijo de puta déspota y depravado. Era cierto que al empezar el día se le ponía dura mientras la pegaba, pero ahora, la miraba y la veía maltrecha. La ...