Entrega total (capitulo 6)
Fecha: 23/03/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos
... decirla nada sobre sus intenciones, la dio dos comprimidos de un somnífero que le había dado un médico amigo suyo y a los pocos minutos estaba profundamente dormida. La destapo y la dejo desnuda sobre la cama, bien expuesta. Movió una mesita auxiliar hasta la cama y se puso a trabajar con el ordenador con ella muy a mano. Cuando paraba a descansar, la contemplaba detenidamente y sentía una atracción especial, y eso que estaba extremadamente marcada. Imagino la imagen con su espléndido cuerpo en plenitud de condiciones y tuvo una erección: se le puso dura. Lo mismo ocurrió todas las veces que levantaba la vista del ordenador y al final de la mañana no aguantó más y apartando la mesa se subió encima de ella y la empezó a follar como si no fuera a haber otro día. Notaba su cuerpo inerte, desmadejado, mientras el apretaba como nunca hasta que se corrió mientras gritaba de placer. Mientras se recuperaba la cubrió de besos, aún a sabiendas de que tanto los besos como el polvo eran ajenas a la consciencia de Marta. Cuando llegó el siguiente fin de semana, Marta estaba prácticamente restablecida. Casi todas las marcas de cuerpo habían desaparecido, y el chocho ya no estaba inflamado y amoratado. Sólo en la cara quedaba algún resto de los cortes de los labios y los ojos, aunque ya no estaban inflamados, y el derecho cerrado, tenían un gracioso color violáceo, cómo un ligero antifaz: parecía un mapache. Aunque los primeros días de convalecencia se reprimió un poco, su actividad sexual ...
... había vuelto a sus cauces habituales: la follaba a todas horas. Aunque indudablemente no se corría, sentía un placer especial al tenerla penetrada. El lunes, después de follarla concienzudamente por la mañana temprano, y de estar un par de horas frente al ordenador, fueron a hacer la compra a Arganda. La vistió con un pantaloncito corto y ajustado, que ahora están de moda, y una camiseta amplia y corta que dejaba al descubierto su ombligo y que ante la ausencia de sujetador, marcaba un poco los pezones. Bajo el pantalón, la ausencia de tanga era suplida por un bonito plug decorado por un cristal morado. Estaba estudiado. Paco sabía que aunque no se iba a ver, lo ajustado del pantalón haría que al caminar el plug se moviera. En los pies, la puso unas sandalias con un vertiginoso tacón de doce centímetros que estilizaba la pierna y levantaba el trasero. Para ocultar sus amoratados ojos, la puso unas enormes gafas de sol de marca y de patilla ancha. Estaba para follarla ahí mismo, pero se contuvo porque había que ir a la compra. Cuando llegaron al centro comercial, Marta no pasó inadvertida. Paco la dejo sola con el carro y se situó unos metros por detrás. Casi todos los tíos, por no decir todos, volvieron la vista para mirarla el trasero y las piernas, y alguna tía también. De vez en cuando, se aproximaba y cogiéndola por la cintura la morreaba descaradamente y Marta le ofrecía siempre la lengua. También la acariciaba el culo apretando el plug. Marta estaba cardiaca perdida y ...