Entre vecinos
Fecha: 01/11/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: rosameler, Fuente: TodoRelatos
Era un caluroso día de verano, Rodrigo quien había ido con su madre a una pequeña casa rural que estaba pegada a otra, se moría de ganas de darse un chapuzón en la piscina. No obstante no podía debido a qué echaron un producto de limpieza que era malo para la piel.
Rodrigo era el típico chico que había cumplido la mayoría de edad y estaba bastante salido, las hormonas estaban a rebosar. El joven veía de vez en cuando a su vecina, Melisa, una mujer divorciada, algo mayor, de unos 46 años pero de muy buen ver. Tenía el pelo negro, algo largo hasta los hombros, grandes tetas y un culo de miedo. Pronto se percató de qué ella no usaba sujetador alguno cuando salía a tender la ropa, de hecho al agacharse sus enormes pechos se movían dejando un escote tan generoso, que provocaba una fuerte y dura erección que solamente podía ser satisfecha con una buena paja.
―Oh dios, se le nota un montón los pezones―pensaba esté mientras sacudía su polla que era de un tamaño normal.
Al moverse para ajustar bien el tendedero o colocar las sábanas dejaba una buena vista. Su madre siempre salía y Melisa no se percataba de la presencia del joven. De vez en cuando de un día para otro, Rodrigo vio que la mujer recibía visita, y salían afuera, en esa parte donde únicamente alcanzaba su habitación. El chico abrió ese día los ojos cuando la mujer se agachó, poniéndose de rodillas mientras el hombre se bajaba los pantalones dejando ante su boca un buen rabo, mucho más grande que el suyo. Ella se lo ...
... metió en la boca haciendo que esté gimiera de placer mientras levantaba la cabeza por el puro placer.
Melisa succionaba como toda una profesional y tras unos minutos, el hombre la levantó dejando el culo de ella al descubierto. Agarró su falo y la metió lentamente provocando un gemido de placer en ambos. Empezaron las embestidas una tras otra, las caras que ponía la mujer acompañada de sus gemidos hacia que Rodrigo se la cascase con más fuerza y ritmo alcanzando el clímax en apenas unos pocos segundos. Sin duda la mejor paja de su vida hasta el momento. Por su parte el hombre no tardaría en eyacular sobre las preciosas nalgas de Melisa y luego se largó.
Aquellos ‘’espectáculos’’ se repitieron varios días pues la mujer siempre traía a un hombre diferente a casa y era bien empotrada como toda una puta. El chico pudo verle las preciosas tetas balancearse de un lado a otro, ser llenada de leche en su boca, coño, culo, espalda...tenía depilada su vagina dejando ver los labios con claridad. Rodrigo no paraba de sacudirse la polla y vaciar cada día sus pelotas, deseando que se llenasen de nuevo y ver otra vez a la mujer follar para soltar otra descarga.
Algo que fue muy diferente se produjo durante los siguientes días. El primero sucedió cuando llegó un hombre un poco mayor, tal vez 67 años o así. Le dio una generosa cantidad de dinero y ella aceptó de buen grado. Dejó el dinero encima de una mesa y el hombre se desnudó. Ella intentó por todos los medios de ponerlo derecho ...