Nueva vida en el viejo Mundo - Almuerzo - Relatos Eróticos

Nueva vida en el viejo Mundo - Almuerzo

... la pregunta

¿A cuál de los caballeros le ofrezco la cata de la misma?,

yo sin dejar de mirar al joven, le indico con mi palma abierta hacia arriba que debe ofrecerle a Carlos.

Carlos sonríe con beneplácito mi decisión,

Con toda la ceremonia el camarero se acerca al CEO, lo sirve y espera la Cata,

Carlos, como buen conocedor de vinos, da su aprobación para servir las copas,

el camarero pregunta a los caballeros,

¿La srta beberá con ustedes este vino?

Ambos asienten, sin demostrar el menor remordimiento.

Al cerrar la puerta el camarero.. Carlos dice, Muy bien María!!, vemos con agrado que no solo conoces tu rol y lugar, sino que tienes experiencia real y lo demuestras naturalmente, incluso sin pudor, eso es fantástico María.

Realmente es lo opuesto a las chicas que anteriormente ocuparon tu puesto.

Ellas solo eran un envase vacío, con muchas palabras y/o fantasías, seguramente por haber leído algún que otro relato, y así como llegaron se han ido.

Suena el timbre nuevamente interrumpiendo sus comentarios, me indica que le abra, esta vez, ingresa una camarera trayendo en la bandeja los entrantes, sin emitir palabra y/o sonido, ella les sirve a ellos primero, finalizando con mi plato, haciendo un gesto de cortesía y respeto como solicitando permiso para retirarse,

Carlos con un gesto de su mano, le autoriza a retirarse.

Tomando sus cubiertos me dice, puedes comenzar a comer, a lo cual, le regalo mi sonrisa como ...

... agradecimiento.

Realmente estoy ya famélica, recién ahora, que ya tuve varios bocados, me doy cuenta de ello.

.

El almuerzo no tiene más cosas que destacar, solo fueron conversaciones normales y cotidianas y algunas banalidades, mientras que la camarera y el camarero van y vienen sirviendo las bebidas y platos.

Al finalizar los postres, el camarero regresa ofreciendo como cortesía de la casa, alguna bebida y/o infusiones.

Ambos hombres piden un whisky y un Cognac, acotando que la Srta, osea yo!! no tomará nada de momento, sorprendida abro mis ojos de par en par, y al abrir mis labios,

Carlos me hace un gesto como diciendo, si abres tu boca y/o sale una palabra de ella, te despido… inmediatamente bajo mi vista y me quedo reflexionando en silencio.

Después de cerrarse la puerta, Pablo me mira y dice,

María, te recomiendo que cuando estés con nosotros, nunca intentes opinar y/o contradecir nuestras palabras y/o decisiones, menos aún en lugares públicos. Todo tiene un porqué y en breve lo descubrirás.

Cuando necesitemos tu opinión y comentarios te lo haremos saber, y por cierto, será muy a menudo y bien recibido por nosotros.

Hoy es una sugerencia, pero no siempre será así, por favor recuérdalo….

Mientras Pablo decía esto, notaba los movimientos de Carlos, dada la situación no podía mirar a que se debían esos movimientos y/o ruidos.

Mis nervios hacen que me sienta una tonta, pues a nadie le gusta ser recriminada de esa forma.

Cuando Pablo finaliza y vuelvo mi vista a ...