Ida Y Vuelta
Fecha: 05/11/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Sexo con Maduras
Autor: SexieLP1975, Fuente: SexoSinTabues30
... encima, encastrada en mi y temblando estremecida. “Así… así me gusta. Puta hermosa, mojame todo, hija de puta. Acabas como una yegua” con el rostro como congelado en ese placer. Le apreté la carne de las nalgas y estaba en tensión total. Los movimientos del cuerpo eran impulsos eléctricos, irregulares, compulsivos. Esperó un medio minuto, más quizá, y se derrumbó sobre mi pecho temblando como una hoja, con la respiración agitada y el corazón desbocado. La tomé de la nuca y los musculos seguían tensos, y el cuerpo estremeciéndose más pausadamente. La besé suave cerca de la oreja y la retuve entre los brazos. Un minuto después la tomé de los pelos para ponerla contra la pared. “Dame un minuto que me recupere…”. Nada de recuperación, de ninguna manera. La puse de rodillas sobre la cama. “Despacito…” pidió y un segundo después la estaba penetrando en seco. Tuvo el reflejo de hacerme tope contra el pecho para que no siguiera entrando pero le tomé el brazo y lo apoyé sobre la cintura con la mano bien aferrada a la muñeca. “Ay… despacio… por favor…”. Un chirlo fuerte sobre la carne del glúteo la hizo dar un salto y seguí. Gritó y le dije que se quedara asi como estaba. Dos o tres estocadas suaves y la tenía metida entera en el culo. Gruñia y gemía sintiéndome. La tomé del pelo y traje la cabeza hasta mi boca: “me gusta deslecharme en tu culo, sabés?”. “Si, lo sé… y me encanta”. “Te voy a abrir el ojete… y lo voy a llenar de leche”. “Me duele todo el cuerpo, me arden los cachetes de ...
... la cara…” dijo y era verdad que los tenía rojos de tanto abofetearla. Le dije que era una hermosa puta, que me gustaba verla así de sometida y metí la punta de la lengua en la oreja y lamí feroz el cuello. Castigué las nalgas, una y otra mientras la penetraba despacio y con ritmo. Ella estaba gimiendo otra vez, y con cada lengüetazo, gemía y pedía más. “Haceme el orto asi… ahí, sí… así…”. La tenía de la cintura con la zurda y con la derecha mantenía su mano en la espalda hasta que la solté y ella se apoyó con las dos manos en la pared, acomodó el cuerpo hacia atrás, dejando el culo bien parado para que la cogiera con furia. Miraba hacia atrás y me miraba, con cada envión entrecerraba los ojos. “De quien sos…?”. “Tuya”, la respuesta invariable cuando la tenía en trance. Busqué la concha con la mano mientras tenía la verga enfundada en su culo, tanteé hasta encontrar el clítoris y lo acaricié en círculos. “Ay… así… dame todo… dame la leche… llename el ojete, todo lleno de leche”, dijo en extasis y acabó a chorros sobre la almohada. Hija de puta. Me puso al borde de la locura, se la saqué y la llevé de los pelos al borde de la cama, le abrí las piernas y le mandé tres dedos adentro de la argolla, la cajeteé con furia y chorreó mojándome hasta el codo. El piso estaba con todo su juego, la tomé de los pelos y le ordené “limpia con la lengua ese charco ahora!”, le bajé la cabeza y ví como lamía como una gata la leche del bol. Me rompió la cabeza ver esa imagen, me disparó la bestia ...