La lección de Piano
Fecha: 23/03/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Me llamo María José, pero todos me dicen Maijo. Hoy tengo 21 años y vivo en Paraná (Entre Ríos). Escribo aquí por que quiero compartir con ustedes una historia única en mi vida sexual. Fui criada por mis padres bajo estrictas normas de educación, dado que ambos son un tanto antiguos. Siempre fui bien parecida porque soy rubia, alta, tengo ojos verdes, mis medidas son 92 - 62 - 92, y aunque suene feo que lo diga yo, soy una mujer atractiva. Me he dado cuenta de ello porque soy permanentemente hostigada por todos los hombres a los que miro. Además cuido muy especialmente mi feminidad vistiéndome con ropa que sea sexy, arreglándome permanentemente el cabello, y cuidando mi cuerpo mediante la gimnasia. Soy cien por ciento mujer, y me encanta estar siempre calentando a la gente. Ya desde chica me di cuenta que el sexo era algo que se daba naturalmente en mí. Debute a los 14 años con un chico de 20 y de ahí en adelante no paré nunca de buscar nuevas sensaciones.De chica fui "obligada" a estudiar muchas cosas, por ejemplo: inglés, la secundaria hasta Facultad, y Piano. Estudiando piano descubrí mi nueva faceta de mi sexualidad que hasta ese entonces jamás había existido. Estudiaba piano y me preparaba para el examen de sexto año en la casa de mi profesora, a quien llamaba la Señorita Elisabeth. Por aquel entonces ella tenía 30 años, era morocha de ojos marrones, con un cuerpo espectacular dado que era soltera, (con novio), y aún no tenía hijos, lo que le permitía conservarse ...
... muy bien físicamente. Además, era una persona que se preocupaba mucho de broncearse y de tener una actividad de gimnasia a diario. Sin embargo, a pesar de su belleza, aún no se había casado. Yo por mi parte me encontraba en mis tiernos 19 añitos y hacía solo seis meses que estudiaba con ella pues era ese el tiempo que ella llevaba viviendo frente a mi casa. Se había mudado en Julio de ese año y estaba sumamente contenta pues el nuestro es en un barrio muy tranquilo. Cuando me enteré que era profesora, de inmediato me cambie a su estudio, ya que sólo debía cruzar la calle para ir hasta su casa. Mi madre se quedaba parada en la puerta hasta que me veía entrar a estudiar. Las clases eran de las 3 a las 5 de la tarde, los días lunes, miércoles y viernes.Al llegar los primeros días cálidos, durante el mes de Noviembre, Elisabeth había adoptado la costumbre de tomar sol a esa hora. Lo hacía en el patio trasero de su casa y cuando yo llegaba me recibía con su traje de baño de dos piezas. Siempre muy atenta, ella me daba al instante un par de ejercicios y mientras se cambiaba de ropa, yo empezaba a practicar las lecciones. Yo, a esa altura, era la mimada de todas sus alumnas; le encantaba la forma en la cual tocaba y jamás ahorraba elogios para mi persona. Hasta llegó a decir que yo era la reina porque era la más bonita de todas sus alumnas. Una tarde que hacía un calor tremendo, fui a Piano con la minifalda de tela que usaba para ir al colegio, una remera corta y mis sandalias. Me ...