1. La lección de Piano


    Fecha: 23/03/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... encontraba en los últimos días de clases y estaba a punto de recibirme de Bachiller. Elisabeth me recibió quejándose del inmenso calor que hacía ese día, (cerca de los 35 grados), y vi que la parte de arriba de su traje de baño estaba desatada. Solamente se había tapado los pechos, con una toalla para abrirme la puerta, lo cual me dio la pauta de que ella hacía topless en el fondo de casa. Cuando entre, ella fue hasta su habitación a colocar el corpiño de la bikini y mientras estaba dentro me dijo:- "Maijo, disculpa es que me molesta andar con el sostén puesto durante los días tanto calor. ¿A vos no?"-Aún cuando teníamos ya mucha confianza entre nosotras, me sorprendió cuando me hizo esa pregunta, a lo cual le respondí que no. Al volver me aconsejó no usar sostén a esa edad porque era malo. La verdad es que me apretaban un poco, mi madre no concebía que siendo yo tan chica tuviera el cuerpo de una señorita más grande, pero me obligaba a usar sostén y no dejaba que usara remeras escotadas. Incluso, hasta el día de hoy algo me dice si me ve mostrando mucho de arriba, o mucho de abajo. De todas formas yo hago lo que me más place siempre. No le di importancia al comentario de Elisabeth, y como en todas las clases me senté en la butaca del piano a practicar las partituras que luego de memoria debería tocar en el examen. Esa tarde Elisabeth no se cambió y no puso su silla al lado de la butaca del piano para corregirme posibles errores como lo hacía siempre. Tampoco se sentó al ...
    ... lado mío, sino que encendió un cigarrillo y se tiró a escuchar mi práctica en un sofá que tenía en el mismo living. El intenso calor, el hastío y mis manos mojadas por el sudor hicieron que me equivoqué un par de veces. Ella me pidió que me concentrara más en la lectura de la partitura y se levanto, fumando, parándose detrás de mí. Mientras yo tocaba ella caminaba silenciosa detrás. Podía sentir su mirada clavada en mi ser y la veía por el rabillo de ojo ir de un extremo al otro de la habitación, de forma lenta y pausada. Casi como si estuviera evaluando la situación. Como me volví a equivocar, ella se levantó, apagó el Marlboro que esta fumando y se vino hasta el piano.Me pidió que me sentara más delante de la butaca, casi en el borde y se sentó detrás de mí. Esto le obligó a separar bien sus piernas. Evidentemente que no había lugar para las dos, así que Elisabeth quedó con su sexo pegado a mis nalgas, más cuando me dijo que me sentara más atrás para no caerme. Lógicamente yo no quería tocarla, pero terminé prácticamente sentándome en su pubis. Recuerdo que mis nalgas encajaban perfectamente en su entrepierna. Pasando sus brazos por debajo de los míos, se puso a tocar la partitura y me dijo que estuviera atenta y que lo hiciera luego igual que ella. Yo la miraba atentamente porque quería seguir el ritmo de la música que ella me enseñaba a tocar. Sus manos tocaban las notas de la partitura pero sus brazos me tenían prácticamente abrazada. Mientras tocaba los acordes, rozaba sin ...
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