1. CONOCIENDO A LUCÍA. LOCURA DE PRIMERA VEZ.


    Fecha: 10/11/2024, Categorías: Hetero Autor: azulazulazul18, Fuente: RelatosEróticos

    Julio de 2019.
    
    Llegamos a su apartamento que estaba situado en la primera planta del complejo. Sacó de su pequeño bolso las llaves y abrió la puerta. Se giró para decirme algo y no pude más, simplemente la besé. O me cruza la cara o por la puerta grande. Tardó un interminable segundo en reaccionar, hasta que sus húmedos labios empezaron a buscar los míos. Se separó. Me miró. Joder me estremecí. Aun me pasa. Qué increíblemente guapa es.
    
    –Supongo que no hace falta que te pregunte si quieres pasar.
    
    Entró en la habitación y la seguí. Cerré la puerta. La estancia era una austera especie de salón con una cocina americana al fondo que daba a un balcón. La luz que dejaba entrar era toda la necesaria para que esa noche quedara grabada como un negativo por siempre en mi mente.
    
    Lucía cruzó el salón dirigiéndose a la única habitación que había en el apartamento. Creo que nadie con esa cojera podría ser tan sexy. Se quitó la camisa blanca que llevaba mientras caminaba dejándola caer sobre el suelo. Su estilizada figura resaltó todavía más. Recorrí con la mirada cada centímetro de esa figura. Su interminable espalda dejaba ver con cada movimiento su sensual musculatura. El cuello delgado y alto se entreveía a través de su morena y corta melena. Sentía como esa energía estática se estaba acumulando en una zona muy concreta de mi cuerpo. La seguí.
    
    Entré en la habitación tras ella. Dos camas. Lucia y Mirka supuse. Aquella noche la atmósfera era pesada, húmeda, lúbrica. Las ...
    ... aspas de un ventilador de techo se afanaban inútilmente por rebajar la temperatura de la escena. Las gotas de sudor empezaban a condensarse en mi frente, mi cuello, por todo mi cuerpo.
    
    Se sentó en el pie de una de las camas, apoyó sus brazos y se reclinó ligeramente hacia atrás al tiempo que separaba sus piernas. Su bronceado torso, únicamente provisto de la parte de arriba de un bikini que hacía las veces de sujetador, resaltaba hasta el infinito sus magníficos pechos. La luz nocturna refractaba sobre el torso de Lucía, que tampoco era ajena a esa pesada noche haciéndolo brillar. Dos pequeñas protuberancias que se marcaban en el bikini indicaban la ubicación exacta de sus pezones. La acumulación de excitación no era solo cosa mía. El pareo blanco de flores rojas y azules que vestía se había quedado embrollado sobre su cadera tras el movimiento de sus piernas, dejando ver ahora en todo su esplendor la más que observada braguita amarilla. Su monte de venus elevaba la tela en su cima dejando un pequeño hueco entre la parte inferior de su vientre y su sexo. Creo que no había sentido jamás una excitación como la de esa noche. La lubricidad de mi mente me llevaba por caminos nunca antes imaginados. Solo quería que ese instante se quedara conmigo para siempre.
    
    Su mirada estaba fija en mí. ¡Qué ojos por Dios! Sus labios entreabiertos delataban una respiración ligeramente acelerada. Estaba a punto de devorar a su presa.
    
    –Creo que ya has cumplido con tus deberes. Ya me he metido ...
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