1. CONOCIENDO A LUCÍA. LOCURA DE PRIMERA VEZ.


    Fecha: 10/11/2024, Categorías: Hetero Autor: azulazulazul18, Fuente: RelatosEróticos

    ... en la cama.
    
    David vuelve aquí, 3,2,1. Debió pensar con razón que soy un absoluto idiota, pero no podía salir de mi ensimismamiento intentando retener hasta el más mínimo detalle de ese momento.
    
    –Es mi primer día de celador, y me gustaría comprobar que estás bien, ya sabes, que no se nos pasa nada por alto. –Un idiota ocurrente, al menos, pensé.
    
    Sonrió pícaramente. –Me parece la mejor decisión.
    
    Mientras me aproximaba a la cama me quité la camisa, bastante empapada de sudor. Me senté a su lado. De cerca sus facciones eran más formidables todavía. Acerqué mi boca a su boca y la besé. Esta vez desde el primer momento fue distinto. Muy distinto. La lengua de Lucía tomaba la iniciativa en todo momento jugando conmigo. Mordía mis labios, besaba mis mejillas, mi cuello, untándolos con su suave saliva.
    
    Puse mi mano en su cuello, en su hermoso y húmedo cuello. Parte de ese sudor se había traspasado a su preciosa melena morena. No hay nada que me produzca más lubricidad que el pelo de una chica húmedo. Mojado de cualquier cosa, sudor, agua, lluvia… dorada, lubricante, fluidos de cualquier tipo. Esa sensación inflamó más mi excitación.
    
    Mis dedos empezaron a jugar con la lengua de Lucía, que los acogía en su boca mientras los bañaba en su saliva. Fui bajándolos lentamente por su barbilla, cuello, y me detuve en sus pechos. Ella me besó mientras yo los tocaba con mi mano por encima del bikini. Finalmente subí el bikini liberándolos. Sus manos habían empezado a palpar mi ...
    ... erección por encima del pantalón. Empecé a besar, a lamer cada uno de ellos dedicadamente. Lucía seguía masturbándome todavía por encima de mi ropa. Marcaba el tiempo. Constante. Sin precipitación.
    
    Me miraba mientras el cadente ritmo de su movimiento se imponía entre todos mis sentidos. Lo Entendí. Nada de precipitaciones, el tiempo de aquella noche nos pertenecía, no nosotros a él. Me acompasé a ella.
    
    Era momento de bajar un peldaño más. Me fije en su deliciosa braga amarilla. En que en la parte central su color era más intenso. Más húmedo. Su flujo estaba intentando brotar, abrirse paso ante cualquier obstáculo. Mis dedos índice y corazón buscaron su clítoris por encima de su ropa interior. Un estremecimiento de su cadera indicó que habían logrado su destino. Su flujo permeaba la tela. Empapaba mis dedos con un delicado y sedoso elixir. Llevé los dedos a mi boca. Los saboreé. Ella me besó. Quería compartirlo. Yo seguía masturbando a Lucía siguiendo su ritmo. Mi respiración empezaba a acelerarse. Sus exhalaciones se acentuaban. Eran más intensas al igual que las mías. Nuestros cuerpos se plegaban a ese ritmo. Placer. Por primera vez era consciente de estar recorriendo un viaje al éxtasis, y disfrutaba conscientemente de cada segundo, de cada instante.
    
    Con un suave y decidido ademán me invitó a levantarme. Me puse frente a ella. Desabrochó el botón y bajó la cremallera de mi pantalón. La erección era más que evidente. Antes de descubrir el trofeo, una vez más pasó sus ...