1. Una noche de sexo con un señor cincuentón gordito fornido


    Fecha: 27/11/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ssss, Fuente: SexoSinTabues30

    “Dónde vamos?” Le interrogué y me respondió que me iba a enseñar algo. En un descampado en medio de la nada paró el coche.
    
    El blanco de su pelo resplandecía más con la luz de la luna. Sólo se oía a los grillos grillar. Estaba todo en paz y armonía. Inclinó su asiento en posición horizontal y me pidió que me acostara junto a él. Lo hice pero al momento yo le desabroché el cinturón y le saqué la polla y el me dejó con el culo al aire.
    
    Nos posicionamos haciendo un 69, pero a él no le interesaba mi polla en absoluto. Quería comerme el culo. Así que mientras yo le hacía una mamada el me comió el ojete y las nalgas.
    
    Se la puse bien dura y me soltó: “ponte encima que te voy a enseñar a follar”. Le baje los pantalones y los slips hasta los tobillos sin quitárselos y le desabroché la camisa.
    
    Llevaba una rebeca de hombre azul marina que hacía contraste con su pelo todo blanco ondulado. No se quitó la rebeca lo que aumentó el morbo. Antes de salir de su casa se había bebido otros cuantos vasos de whisky e iba alegre, excitado.
    
    Me metí el pollón rápido porque mi culo ya lo tenía hecho a su tamaño. Me aferré fuerte al volante y empecé a cabalgar. Él permanecía quieto como si quisiera comprobar el placer que era capaz de darle. Parecía como si me estuviera examinando con su miembro eréctil y magnífico. Mientras cabalgaba, veía como sus huevos colgones rebotaban en el asiento como si fueran canicas en una bolsa de plástico.
    
    Paré, me la saqué, me di la vuelta hacia él y ...
    ... me la introduje de nuevo, cabalgándole esta vez apoyando mis manos en su barriga. Para mi gozo lleve sus manos a su nuca y los brazos, cubiertos por la mangas de la rebeca, parecía que la iban a reventar por el tamaño de sus bíceps.
    
    Yo estaba cabalgando una preciosa polla 17×6 de un macho follador de 1.74 cm y 97 kg duro como una roca de 52 años aparentando casi 60 por su pelo cano todo, casado con tres hijos y habiéndome hecho su nene. La vista era nuevamente espectacular y, como el que estaba jugando, se movía hacia arriba y me la clavaba bien a la vez que yo suspiraba de gusto, él echaba una risotada sarcástica. Sin duda se estaba divirtiendo aunque no con el morbo de anteriores ocasiones. Lo hacía como dejando entrever el afecto que me había tomado en tan poco espacio de tiempo. Era un premio y esta, para mi, era la mejor follada de todas las que me había hecho.
    
    Cuando quitaba las manos de la nuca yo se las corregía y sacaba pecho y barriga encorvándose como un animal cosa que me excitaba aún más. Deje de cabalgar y estuve un rato con su miembro entero dentro sintiendo lo poderoso y grande que era.
    
    Entonces empecé a tocarme y le advertí que me iba a correr. No le importo un ápice y acaricio mis muslos de forma suave pero firme con sus gruesas y fuertes manos. Así era él. Era educado y amable, incluso rayaba lo cortés, pero cuando se ponía serio era pura determinación y firmeza. Cuando follaba utilizaba esa firmeza mientras te ayudaba a subir y a bajar agarrándote ...
«123»