1. Isabel, te follaba una y otra vez 2/9


    Fecha: 28/11/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos

    ... sobaba de lo lindo mientras añadía algún movimiento de cadera cuando Isabel le daba un hueco para moverse. La respiración de Isabel se aceleraba, y con ella sus movimientos. Carlos la azuzaba azotándola, eso la acercaba más y más al orgasmo que venía anunciando. Con cada azote su coño se apretaba más y Carlos pensaba que le acabaría arrancando la polla. Isabel apoyó las manos sobre el pecho de él y le clavó las uñas, el pelo le cayó sobre la cara y su cara era de concentración y esfuerzo, esfuerzo por alcanzar ese orgasmo que se acercaba cada vez más.
    
    Carlos la ayudaba a mover las caderas, disfrutando del portentoso cuerpo que se movía sudoroso frente a su mirada. -¡Estate quieto! -Ordenó ella. Carlos obedeció, la orden era imposible de ignorar. En el momento en que Carlos retiró las manos de las caderas de ella, Isabel se movió libre buscando su placer y alcanzando al fin su orgasmo. Estalló en un orgasmo precioso, se llevó las manos a la cabeza y enredó los dedos en los cabellos sudorosos mientras lanzaba un potente gemido con cada contracción del coño, que le mandaba torrentes de placer por todo el cuerpo. Acompañaba cada contracción con un movimiento de cadera, con los ojos cerrados con fuerza para aislarse de todo lo que no fuese su orgasmo, concentrándose en él. El orgasmo fue perdiendo intensidad y ella fue acallando sus gemidos hasta que fue dejándose caer sobre el pecho de Carlos.
    
    Con la respiración agitada aún abrió los ojos y miró a Carlos a los ojos y le ...
    ... puso una de sus sonrisas más dulces. -Uffff. Joder, ha sido brutal. -Dicho lo cual se acercó a él y lo besó con dulzura, siendo correspondida por Carlos. Ella lo besó en agradecimiento al placer dado, y el en agradecimiento al espectáculo tan hermoso. Aún seguía él dentro de ella pero ambos permanecían quietos, él esperaba que fuese ella quien se moviese, acababa de correrse y estaba sensible.
    
    Carlos notaba la humedad de ella contra su entre pierna, así como notaba las tiernas tetas de ella aplastadas bajo su peso contra su propio pecho, las manos de ella a ambos lados de su cara sujetándola con dulzura mientras se besaban acaramelados, los muslos carnosos y hermosos de ella a ambos lados de sus caderas, la espalda de ella suave contra sus manos que la recorrían de arriba abajo dando caricias suaves. Carlos calculó que ya había pasado tiempo suficiente y comenzó un suave movimiento de pelvis contra su amante que lo recibió con una mirada interrogativa y tímidas semillas de gemidos.
    
    -¿Más?
    
    -Yo aún no me he corrido.
    
    -Ya -dijo ella alargando la palabra-. Pero yo sí lo he hecho ya.
    
    ¿De verdad era esa su respuesta? ¿Ni siquiera iba a fingir que le importase un ápice su placer? Ni siquiera se molestaba en dar alguna excusa para no seguir, sino que simplemente le parecía normal que ya se hubiese acabado todo. Así es como debían sentirse muchas mujeres cuando el hombre acababa antes que ellas. La de vueltas que da la vida.
    
    -Pues yo aún no y pienso hacerlo.
    
    Isabel ...
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